Claves para gestionar una situación difícil.

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Para que se produzca una combustión debe haber, como mínimo, dos elementos. Por un lado, algo que la inicie, y por el otro, material combustible. En definitiva, si quiero quemar un trozo de papel, además del papel necesitaré algo que inicie la combustión, es decir, una llama o una chispa. Una vez iniciada la combustión el calor que se genera sirve para que el combustible, es decir, el papel, se consuma en su totalidad.

En esta entrada quiero hablarte sobre cómo gestionar situaciones que te superan. Entonces, creo que podrías estar preguntando ¿qué tiene que ver esto con la historia sobre la combustión? Permíteme que te lo explique.

Para que este artículo te sea de mayor utilidad piensa una situación que te supere o que te gustaría manejar mejor. ¿La tienes ya? Bien, ahora me gustaría volver al ejemplo del principio. En una combustión  hacen falta el iniciador y el combustible. De igual forma, en cualquier situación difícil de gestionar puedes considerar también dos cosas: aquello que estimula lo que te pasa (la llama) y aquello que te pasa (el combustible). Estudiemos cada parte porque tienen unas características muy diferentes.

Parte 1: los hechos

En la metáfora representa la llama, que es el estímulo que inicia la reacción. Es todo aquello que ocurre y que mueve alguna reacción en nosotros. Son los hechos desnudos de juicios, opiniones y sentimientos. Es aquello que podría grabarse con una cámara de video, es decir lo que ocurre de nuestra piel hacia afuera. Pertenece al terreno de lo objetivo y también es ingestionable en el sentido que es algo que pasa y que no podemos hacer nada con ello, simplemente porque ha pasado.

Parte 2: lo que me ocurre con lo que pasa.
En la metáfora representa el material combustible. Es todo aquello que nos pasa «piel para adentro», es decir, los pensamientos sentimientos y emociones que experimentamos cuando se produce el hecho observable. Pertenece al terreno de lo subjetivo porque estamos en lo estrictamente personal. Precisamente por ser personal hace que sea exclusivamente nuestro y, por lo tanto, entra dentro de lo gestionable, al contrario que los hechos, que simplemente son y no se pueden cambiar.

Conclusión

Ahora es momento de volver al principio. ¿Dónde pones el foco cuando tratas de gestionar esa situación de dificultad? Si te estás fijando en lo que han hecho los otros y tu discurso se va hacia lo que ha pasado, entonces lo que estás haciendo es tratando de cambiar los hechos y ya hemos visto que es lo que no puedes gestionar. Gastar tiempo y energía en eso es inútil, ¿no te parece? Aunque parece algo muy razonable puede resultar difícil de aplicar porque requiere aceptación.

Sin embargo, si quieres que tus esfuerzos sirvan para gestionar esa situación de dificultad dirige tu mirada hacia aquello que habíamos visto que era gestionable: lo que piensas y sientes con lo sucedido. Eso no quiere decir que te tengas que olvidarte de los hechos. Lo que ocurre es que sólo los consideras para saber lo que sientes y piensas sobre ellos. Siguiendo con la metáfora de la combustión, se trata de transformar el material combustible en otra cosa que no se inflame con la llama.

Así que, ¿donde has decidido que vas a centrar tu atención? Si estás decidid@ a centrar tu atención en lo que te pasa con lo que ha ocurrido no te pierdas la próxima entrada en la que te daré algunas claves para transformar tu «material combustible» en algo que no sea «inflamable» y sea útil para tu vida.

¡Buen viaje!

 

 

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