Ser vulnerable no es lo mismo que ser débil

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¿Qué es ser vulnerable?  Según el diccionario de la Real Academia es la “capacidad de ser herido física o moralmente”. Uf, con esta definición, ¿quién se atreve a ser vulnerable? ¿Qué posibles ventajas tendría admitir ser vulnerable? Lo que podemos ver primero es cuales son las desventajas de no mostrarnos vulnerables y para eso pongamos ejemplos que lo puedan ilustrar.

En el aprendizaje: ¿qué es lo que me pasa cuando hay algo que no sé? Si hago una pregunta, demostraré que no sé,… ¿qué podrían pensar de mí? ¿Creerán que no sé lo suficiente? Preguntas de este tipo se me pasan por la cabeza cuando estoy en algún sitio y no me atrevo a preguntar. Sin embargo, en ocasiones, en alguna reunión profesional, me he “atrevido” a preguntar algo que creía que todo el mundo daba por entendido. Pues resulta que al hacer esta pregunta otros dicen “pues yo tenía la misma pregunta…, menos mal que alguien se ha atrevido a preguntarlo”. O sea, que lejos de quedar mal delante de la gente por ser un ignorante, resulta que ha sido un acto “valiente”. Sin embargo, para mí, lo más importante no es quedar mejor o peor delante de los demás sino que admitir mi ignorancia me ha permitido aprender. No mostrarme vulnerable hubiera tenido el coste del no aprendizaje y para mí la posibilidad de aprender está por delante del riesgo de parecer ignorante.

También ocurre que hay gente que trata de mostrarse invulnerable precisamente para protegerse, para defenderse de poder ser atacada en los momentos de debilidad o simplemente en momentos que muestran que no somos infalibles. Parece una postura muy lógica ya que recordemos que la definición de vulnerabilidad es la capacidad de ser herido física o moralmente. Sin embargo, como ya he dicho en otro artículo (La gente no se resiste a cambiar sino a ser cambiada), en cuestiones de relaciones humanas, lo que es lógico, curiosamente es lo que menos funciona. Y este caso, no creo que sea diferente. Alguien que no se muestra vulnerable ante ninguna circunstancia se nos antoja poco humano, distante, alejado de nosotros. Es como si la coraza que utiliza para protegerse impide a su vez que veamos a la persona que hay detrás. Y cuando en alguna ocasión se muestra su vulnerabilidad (tarde o temprano siempre llega este momento), la gente se comporta de una forma implacable, como si la tuviera ganas, con una falta total de comprensión. Total, que la persona confirma su teoría que hay mostrarse invulnerable porque, a la más mínima, la gente se comporta de una forma implacable.

Lo que pienso es que no tiene ningún mérito sobreponerse a una situación dolorosa o complicada si para esa persona la situación no lo es, o por lo menos, no muestra que lo sea. Sin embargo si la persona me deja ver su vulnerabilidad me puedo llegar a identificar con ella pues muestra su lado humano. Curiosamente, el bajar sus defensas y mostrase como una persona que sufre y se sobrepone a las dificultades hace que me parezca digna de admiración. ¿Podéis pensar vosotros en personas y situaciones en que os haya pasado algo parecido? ¿Qué pensáis de las personas infalibles e invulnerables? ¿Podéis sentir empatía cuando alguien así se equivoca?

Y si ponemos este dilema en el ámbito profesional ¿creéis que un jefe perdería autoridad si fuera capaz de admitir que necesita ayuda, que no puede hacer algo solo, o que incluso tiene dudas y que pide ayuda? ¿Os parecería un mal jefe?

Creo que hemos podido ver que el hecho de mostrar nuestro lado humano puede tener ventajas. Sin embargo tampoco se trata de pasarse al otro extremo y mostrarse siempre y en todo momento vulnerable y desprotegerse ante todos y por cualquier situación. De lo que se trata es de simplemente aceptar que somos personas limitadas, expuestas al error y que podemos vivirlo con naturalidad sin hacer de ello una tragedia y no tener necesidad de  montar corazas y castillos que nos protejan de ello. Como casi todo, hay que saber encontrar el equilibrio, el camino de en medio.

En conclusión, ser vulnerable no es lo mismo que ser débil, simplemente es admitir que somos humanos. Es más, creo que admitir nuestra vulnerabilidad es un acto de fortaleza de carácter y valentía, ¿no os parece?

Os adjunto a continuación un poema de  Alexandra Farbiarz Mas que habla precisamente de este tema.

Buen viaje

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Cuando todo parece caerse,
cuando el cansancio te agota aún más de lo que creías posible,
cuando nada parece lo que creías que era,
cuando la tristeza asoma por la ventana de tus ojos
sin que puedas esconderla,
la vulnerabilidad llega y te abraza
y también es ella la que te dice

“aquí sigues conmigo
como de costumbre
aprendiendo de mi,
andando camino
y sabiendo que soy
mi mismo reverso,
aquello que labras a través de mi,
la confianza.

No hace falta que huyas de mi
acompáñame amablemente
y podrás ver que la tierra
que sientes perder bajo tus pies
no es más que un camino que sigue
por nuevas sendas
y un camino donde conocer
nuevos colores de mi reverso”

Alexandra Farbiarz Mas

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