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Muchas veces me encontrado en el paradigma de esforzarme para ser mejor: mejor persona, mejor padre, mejor esposo, mejor amigo. Es un noble deseo porque implica una necesidad y una voluntad de desarrollarme como persona con todo lo que eso supone para el mundo y para las personas que me rodean. Si yo mejoro significa que cuando me vaya habré dejado un mundo mejor que el que me he encontrado. Hay una voluntad de vivir de una forma que sea en beneficio de todos los seres. Hay también una voluntad de evolución, bondad, de alegría, de progreso, … Es una actitud vital deseable, ¿no crees? Si todas las personas viviéramos nuestra vida desde este lugar el mundo que vivimos sería un lugar digno de ser vivido, y desde luego dejaríamos un mundo mejor a los que nos siguen.

Sin embargo… ¿Qué inconveniente podría haber en vivirme yo y el mundo que me rodea desde esta perspectiva? Fíjate que «ser mejor» implica que «no soy suficiente» lo cual lleva a la idea de carencia, que me falta algo que puedo encontrar ahí fuera y que necesito para ser mejor. En cierta forma hay una idea de depredación porque lo que hay fuera es algo escaso y si lo tomas tu, significa que me faltará a mi.

Por otra parte hay la palabra «esfuerzo» significa que «podría ser más de lo que soy si me esfuerzo». Hay un «tengo que», lo que implica que me auto impongo algo y cuando alguien me impone algo, sólo puedo hacer dos cosas: rebelarme o someterme. Así que, en cierta manera, es una actitud violenta.

Finalmente, una vida vivida desde este lugar significa estar en continua insatisfacción. De hecho la insatisfacción es el motor del cambio ya que si no hay insatisfacción no hay motivación para «ser mejor». De ahí surge la necesidad de esforzarse continuamente.

Así que me pregunto, ¿Hay otra forma de mantener el mismo espíritu y la misma intención sin tener que pagar este precio en forma de violencia, insatisfacción permanente y violencia? Yo creo que sí. ¿Quieres acompañarme para que lo veamos juntos?

La naturaleza como fuerza de inspiración

Hayeda camino a Santa del Montseny. CatalunyaPara encontrar una forma diferente de actuar manteniendo el espíritu de progreso necesito cambiar la forma de verme a mi mismo y al mundo. ¿Desde dónde tengo que mirar para verlo diferente? Antes de responderte a esta pregunta me gustaría que nos fijáramos cómo funciona la naturaleza porque muchas veces es una gran fuente de inspiración. Tomemos el ejemplo de una semilla de haya. Si la plantamos en un lugar propicio, es decir, que tiene agua, sol y nutrientes suficientes en el suelo, la semilla de la haya germinará y saldrá una plantita. Al principio será muy pequeña, pero si las condiciones son las correctas, la plantita se irá desarrollando, y con el paso de los años irá creciendo hasta convertirse en un árbol frondoso y magnífico.

Ahora me gustaría hacerte una pregunta. ¿Cómo hace la semilla de haya para llegar a ser una haya? A lo que me refiero es a cómo ha tenido que esforzarse la semilla para conseguir llegar a ser una frondosa haya si al principio era algo insignificante, porque desde luego no parece un trabajo fácil. ¿O sí? Venga, me espero a tu contestación…

Según lo veo yo, la semilla «sólo» ha tenido que desarrollarse porque siempre ha sido una haya, desde que era una semilla hasta que se ha convertido en un árbol magnífico que da sombra en verano. Desde el principio simplemente es. Si las condiciones son las favorables es inevitable que se convierta en un árbol frondoso. Cuando era una semilla era una haya. Cuando era una plantita de unos pocos centímetros también era una haya. Cuando hacia unos pocos metros, seguía siendo una haya. Ahora que es una árbol frondoso, continúa siendo una haya y de aquí a unos años lo seguirá siendo.

La haya no tiene que esforzarse para ser algo porque ya lo es desde el primer momento de su existencia. La haya está completa siempre, en cualquier momento de su vida. Lo que le ocurre es que pasa por diferentes momentos de desarrollo, pero eso no la hace menos, ni tampoco le falta nada para llegar a ser lo que ya es desde el principio. ¿Cómo sabe la haya lo que tiene que hacer? Está escrito en su interior, es su esencia, algo que pervive siempre y su vida es un despliegue de esa potencialidad.

Otra forma de mirarnos y de mirar el mundo

¿Cómo sería si aplicamos esta mirada a las personas? Desde esta perspectiva las personas cuando nacemos ya somos y estamos completos: no nos falta nada. Nuestra esencia está en nuestro interior desde el primer día y no nos abandona mientras existimos. Nacemos y vivimos con nuestro potencial a la espera de encontrar las condiciones necesarias para que crezcan y se desarrollen.

¿Te das cuenta de lo que eso significa? Tu ahora ya eres completo, no tienes que hacer nada porque has sido, eres y serás siempre. ¿No te alegra el darte cuenta de esto? No hay que perseguir ni añorar nada, ni aspirar a nada porque ya eres un ser maravilloso en este mismo momento.

Por ejemplo, cuando yo pienso que soy miedoso, estoy haciéndolo desde el paradigma de la escasez y la carencia. ¿Y si en realidad soy una persona que está desarrollando su potencialidad de ser valiente? Eso significa que lo que etiqueto como una carencia es en realidad un estado intermedio de un valor que tengo que se está desarrollando. Es decir, en realidad soy una persona que esta desarrollando su valentía. Esta mirada me es más útil.

Así que, ahora mismo, no me falta nada porque ya estoy completo. Simplemente es mi opción y mi responsabilidad crear las condiciones necesarias para que mis potencialidades que llevo desde el día que nací, se desarrollen y crezcan. Todo lo que están siendo ahora ha sido posible porque había algo que ya estaba en mi interior que se ha desarrollado. He cultivado la potencialidad de ser, lo que ha permitido que se manifieste. Me parece fantástico descubrir que tu, yo y todos, somos maravillosos, independientemente de lo que hayamos hecho o conseguido o lo que podamos hacer en el futuro. Me encantaría poder mirarte a los ojos para gozar al reconocer en ti esa esencia que es, ha sido y será, que está en continuo movimiento para desarrollarse y desplegarse.

Nuestra responsabilidad

Una haya, es una haya desde el principio. No tiene que hacer nada para serlo, sin embargo no puede ser un roble o un gato, sólo puede ser una haya. La cuestión que se me plantea es. ¿Qué es lo que potencialmente puede ser una persona? Bueno, mira la historia de la humanidad y podrás ver lo que podemos llegar a hacer las personas. Piensa en pintores, escritores, escultores y científicos ilustres. Piensa en personas anónimas que han hecho cosas increíbles. Eso en realidad son manifestaciones de algo que ya estaba en su interior y que han cultivado y cuidado para que pudiera desarrollarse. Lo que se manifiesta surge de una semilla.

Así que ¿qué hay en tu interior esperando a ser desplegado y manifestado? ¿Cual es tu esencia, la semilla que ha estado desde el principio, que estás desarrollando y haciendo crecer? Este es nuestro verdadero trabajo: indagar para descubrir lo que hay en nuestro interior que es un regalo único disponible para ser entregado a este mundo.

Cierre

Teniendo en cuenta todo esto que hemos visto juntos me gustaría dejarte dos preguntas:
¿Sientes que puedes ser un regalo para los demás y para el mundo? ¿Qué te hace falta para ser un regalo?

¡Buen Viaje!

PD. Gracias a Marita Osés (atrevete camina disfruta ) y Miquel Vidal (@miqvid) por ser fuente de inspiración para poder apreciar la «Alegría de ser» y  a Miriam Subirana (@MiriamSubirana) por hacer posible espacios de reflexión como  «Diálogos Sabio-Logos«

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