¿Realmente crees que hay decisiones correctas e incorrectas?

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¿Tienes que tomar una decisión y estás sufriendo por ello? En el proceso de tomar una decisión importante pasamos por momentos de dolor y sufrimiento. Por cierto, quizás hayas escuchado alguna vez la frase siguiente:

El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional

¿Qué es lo que quiere decir? ¿Porqué puede ser importante entender cual es la diferencia entre ambas?

A bote pronto, si cuando tenemos que tomar una decisión hay dolor y sufrimiento todo mezclado y lo segundo es opcional, a mi me gustaría poder ahorrármelo. ¿A ti también? La segunda cosa es que si no sé diferenciarlos, ¿cómo puedo deshacerme del sufrimiento? Así que, si a la hora de tomar decisiones, quieres saber un poco más sobre cómo puede beneficiarte distinguir entre dolor y sufrimiento , entonces este artículo puede serte de utilidad.

Si piensas sobre lo que te hace sufrir durante el proceso de tomar una decisión, ¿qué es lo que te viene a la cabeza? En mi caso, el miedo a equivocarme ¿a ti también? Lo que hay detrás de este miedo es la idea que hay decisiones correctas e incorrectas, así que me gustaría que pensemos juntos acerca de esto. Te lo digo porque hay un matiz que hay que tener muy en cuenta. Se trata de que, en el mundo de los hechos, no existen las cosas correctas e incorrectas. Los hechos son aquellas cosas que pasan, piel hacia fuera, mientras que los juicios son las ideas que pasan por mi cabeza respecto a los hechos. Están muy relacionados pero no son la misma cosa.

Puede parecer que hacer esta diferencia no tiene importancia pero no es así porque los hechos, no se pueden cambiar, a menos que tenga la capacidad de cambiar el pasado. En cambio, lo que pienso con respecto a lo que pasa, queda dentro de mi círculo de influencia y eso sí que es modificable, al menos, en principio.  Lo que me hace sufrir no son los hechos sino los pensamientos sobre los hechos, así que si quiero eliminar el sufrimiento asociado a la toma de decisiones, lo que te propongo es que cuestionemos las ideas acerca de las decisiones, más que la toma de decisiones en sí mismas.

El sufrimiento se sustenta en la idea que hay decisiones correctas e incorrectas y por lo tanto quiero evitar equivocarme. Pero una decisión sólo sabré si es correcta después de que la haya tomado, cuando juzgue los resultados. Pero entonces la decisión formará parte del pasado, y por lo tanto ya no podré cambiarla. Así que, en el momento de tomar una decisión, es imposible saber si es correcta o no. De hecho no tiene sentido hacerse esa pregunta. En realidad es una trampa de nuestra mente. Es más, tengo la creencia que cualquier persona escoge siempre la opción óptima con la información que tiene disponible en el momento de tomar la decisión. Así que cualquier decisión, en el momento que se toma, es una decisión perfecta y completa en sí misma.

¿Significa esto que no hay que meditar las decisiones? En absoluto. Lo que quiero decir con esto es que la preocupación es una forma poco útil de utilizar mi capacidad de pensar. Por el contrario puedo utilizar esa capacidad para hacer planes, anticipar sus consecuencias y decidir cual podría ser lo más beneficioso para mi. Sin embargo, hay un momento en el proceso de decisión que me quedo re analizando lo que ya he analizado previamente. ¿a ti no te ha pasado nunca que hay un momento que tienes la sensación de estar dando vueltas en círculo? Es el momento de darse cuenta que he caído en la trampa de creer que hay decisiones correctas e incorrectas cuando a lo único que puedo aspirar es a tomar decisiones meditadas. En la espera no añado nada útil y, por el contrario, hago que las posibles consecuencias negativas puedan ser peores por el hecho esperar.

Lo que me ocurre es que me cuesta mucho aceptar que es imposible tener certezas sobre las decisiones porque aquello que quiero decidir es muy, muy importante para mi y me encantaría poder tener esa seguridad. Trato de evitar sentir el dolor que supone aceptar «no saber» y eso me lleva a sufrir por algo que no tiene sentido. En cambio si soy capaz de dejarme sentir el profundo dolor que supone no tener certezas, entonces lo puedo trascender y puedo tomar decisiones desde la serenidad y no desde el miedo. Aunque es algo que no sirve de mucho que te lo explique si no lo compruebas y te atreves a sentirlo en tus carnes.

En el fondo creo que lo que hago al postergar una decisión es tratar de evitar el momento de la toma de la decisión. Habrá que saltar y que eso supondrá un vuelco en el estómago y me lo imagino como algo terrible.  Quiero evitar algo que es inevitable porque, el no tomar la decisión es una clase decisión. Sin embargo lo que consigo es añadir sufrimiento por la preocupación de no tomar la decisión por el temor a equivocarme.

Así que, ¿Qué es lo que harás la próxima vez que tengas que tomar una decisión importante? ¿Podrás darte cuenta cuando estás añadiendo sufrimiento evitable a lo que ya es difícil en si mismo? ¿Te atreverás a aceptar el dolor de saber que es imposible saber el resultado antes de hacer alguna cosa? Ya me contarás.

¡Buen viaje!

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