Bienvenido a la segunda parte. Recordarás que en la primera parte del artículo la brújula de la felicidad te expliqué que para mí la vida es como transitar por un territorio desconocido y que lo único que podemos hacer es caminar desde un lugar para llegar a otro.
También llegamos a la conclusión que tenemos una brújula interior que se orienta hacia la felicidad. De la brújula puedo leer un rumbo y es muy importante diferenciar entre rumbo y destino para que no nos pase como aquel caminante que se pasó la vida buscando alcanzar el «oeste» sin llegar nunca a él. Así que, tal y como te prometí, lo que ahora toca es explicarte cómo leer el rumbo de nuestra brújula interior ya que esto nos ayudará a transitar por la vida y lo voy a hacer con un ejemplo.
Supón que hoy he tenido un día duro en el trabajo y tengo ganas de distraerme y de olvidarlo. Entonces se me ocurre que podría ir contigo al cine a ver una película divertida. Estoy cansado y enfadado con lo que me ha pasado en el trabajo y si voy al cine lo olvidaré, me divertiré y así seré feliz. Entonces te digo.
– ¿Qué te parece si vamos al cine a ver una película divertida?
y entonces tú me contestas.
– Pues yo no tengo ganas. Quedémonos en casa a descansar.
:-(((
Ir al cine contigo a ver una película me hará feliz. Entonces, si no puedo ir contigo al cine entonces soy infeliz. Eso es lo que parece, pero no es así. Lo que me está pasando es que estoy confundiendo el destino con el rumbo, es decir, creo que la única manera de ser feliz es yendo al cine contigo. La manera de solucionar esta confusión es aprender a leer el rumbo de mi brújula interior, lo cual me permitirá encontrar otros caminos.
Mira, yo estoy feliz si mis necesidades universales están satisfechas, y no lo estoy cuando no lo están. Así que, el rumbo que me indica la brújula interior son las necesidades y valores universales que están vivos en este momento. Cuando digo necesidades universales lo hago en el sentido que lo hace la CNV para significar todo aquello que es esencial en nuestras vidas. Así hay necesidades vitales cómo son el respirar, comer, beber, dormir, evacuar; también existen las necesidades de seguridad tanto material como afectiva; finalmente también se incluyen las necesidades de desarrollo del ser humano como son las contribución a la vida, la de dar sentido, etcétera.
Si lo aplico al ejemplo de ir al cine, de lo que se trata es de averiguar qué necesidades satisface el ir al cine contigo para ir a ver una película divertida. Esto me permitirá encontrar otras formas de ser igualmente feliz. Continuemos con el ejemplo.
Si voy al cine podré olvidarme de las cosas desagradables que me han ocurrido durante el día. Así que quizás esté buscando satisfacer las necesidades de ligereza y descanso. Si veo una película divertida me reiré así que también hay un intento de satisfacer la necesidad de diversión. Además si voy contigo es probable que al salir del cine hablemos y yo te pueda contar lo que me ha ocurrido. Así que, en eso, también satisfago mis necesidades de compañía y empatía.
Así que lo que estoy tratando de hacer con ir al cine es satisfacer mis necesidades de ligereza, descanso, diversión, compañía y empatía. No está mal ¿no? Como me salen muchas necesidades puedo averiguar si todas pesan de igual forma. ¿Hay alguna de éstas que me resuena más que otras? Quizás, en este caso sea la de empatía y la compañía.
Bien, sabiendo que la brújula interior de la felicidad en este caso me indica el rumbo hacia la empatía y compañía, ¿puedo encontrar otras formas de satisfacerlas que no sea ir al cine contigo?
Claro que sí. Te puedo pedir que nos quedemos en casa y me escuches. Y si tú no estás dispuesto, puedo llamar a otra persona para que me escuche. Saber las necesidades que estoy tratando de satisfacer me permite buscar otras estrategias. Saber que el rumbo indica hacia la empatía y compañía me permite encontrar otros caminos. Cuantas posibilidades de ser feliz me abre saber esto, ¿no te parece?
El Rumbo de mi brújula interior son las necesidades y valores universales. Alguna cosa más sobre ellas.
Antes de acabar quería decirte que las necesidades son universales en el sentido que todos los seres humanos, no importa de qué raza ni de qué cultura seamos, tenemos las mismas. Así que hablar de necesidades hace que todos los seamos iguales. Es el lugar donde yo puedo encontrarme, ver y reconocer a cualquier ser humano porque todos estamos conectados por compartir necesidades.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que las personas no tenemos las mismas necesidades en el mismo momento. También que una misma persona puede necesitar cosas diferentes en cada instante y etapa de su vida. Así que, aunque todos tenemos en general las mismas necesidades, no siempre queremos satisfacer las mismas necesidades al mismo tiempo. Es decir que el rumbo de la brújula interior es particular en cada persona y en cada momento.
En conclusión, todos los seres humanos somos iguales en un sentido y diferentes en otro. Qué curioso, ¿verdad?
Conclusiones
Bien, en este artículo hemos visto que en nuestra brújula interior que se orienta hacia la felicidad podemos leer el rumbo de las necesidades y valores universales que están vivos en este momento. También hemos visto que pueden haber multitud de estrategias que pueden satisfacer las necesidades universales, es decir que saber el rumbo nos permite escoger diferentes caminos que nos pueden llevar hacia la felicidad.
Saber esto me ha permitido encontrar otras formas de ser feliz cuando la estrategia que he escogido o que la vida ha escogido por mi, no funciona. Y también esto me permite encontrar caminos que me lleven hacia la felicidad de una forma más directa que si no lo supiese.
Así que la próxima vez que te preguntes qué puedes hacer para dejar de ser infeliz, puedes mirar tu brújula interior para descubrir qué necesidades universales te están faltando y eso te ayudará a buscar y encontrar otros caminos que puedan satisfacer aquello que está vivo en ti que te está faltando y que te llevará hacia la felicidad. Y recuerda no confundir rumbo con destino.
¡Buen viaje!
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Agradecimientos: a mi hija Clara, por dibujar la Brújula Interior