¿Qué es el talento? ¿Las personas que llamamos “con talento” nacen o se hacen? ¿Qué tendría que hacer para llegar a llegar a ser unos de los mejores en mi campo? Vamos a tratar de dar respuesta a alguna de estas preguntas.
Para hablar del talento me gustaría introducir las ideas aportadas por Dan Coyle expresadas en su libro “Las Claves del Talento”. En él nos muestra los resultados de un trabajo de investigación que le ha llevado a encontrar los factores en común que tienen las escuelas en diferentes disciplinas (deportes, música, enseñanza) que las convierte es auténticos “semilleros de talento”, es decir lugares productores de personas de talento reconocido a nivel mundial. Según él los factores son los siguientes: la práctica intensa, ignición, maestro instructor y el elemento descubierto por los neurólogos que representa el santo grial en la adquisición de habilidades: la mielina ( http://es.wikipedia.org/wiki/Mielina ). Según este libro las personas con talento que sobresalen a nivel mundial no aparecen de una forma “casual” nos explica cuales son los factores desencadenantes. Veamos cuales son:
Primero: La práctica intensa.
Según sus investigaciones la clave para conseguir aprender de una forma acelerada es practicar al borde de la equivocación, poniendo al límite nuestras capacidades y permitiendo que los errores que se cometen durante este proceso sean capturados y convertidos en habilidad. Es decir, una práctica en estas circunstancias es muchísimo más productiva que hacerlo sin realmente ponernos al límite. La diferencia está que en la primera, el error se convierte en el verdadero maestro mientras que si practicamos en nuestra zona cómoda no hay errores y el aprendizaje es mucho menor. O sea que algo que intuíamos, que el error es bueno y es fuente de aprendizaje resulta que ahora se nos dice que es la manera más rápida y eficiente de aprender (del orden de 10 veces superior ¡). Así pues la práctica intensa, entendida de este modo, parece mágica y ello es debido a la mielina. Todo ello se basa en tres hechos simples y demostrables científicamente.
- Los pensamientos, movimientos o sentimientos humanos son diminutas señales eléctricas que se transmiten a través de cadenas de neuronas.
- La mielina es una sustancia aislante que envuelve estas fibras nerviosas y que permite que la transmisión de ese impulso eléctrico aumente, sea más preciso y más rápido.
- Cuanto más se activa un determinado circuito más mielina se crea sobre él y por lo tanto esos movimientos, sentimientos o pensamientos se vuelven más fuertes rápidos y precisos.
Esto quiere decir que cuando alguien se entrena o practica una determinada disciplina lo que está haciendo es crear nuevos circuitos y mielinizar, es decir crear capas de mielina, sobre los circuitos neuronales que intervienen en esa actividad. Con la práctica lo que hace es convertir las “carreteras regionales” en “autopistas” para que los impulsos nerviosos circulen.
Los principios fundamentales de lo dicho hasta ahora son los siguientes:
- La activación del circuito neuronal es fundamental. Eso es lo que hacemos con la práctica intensa.
- La mielina es universal y sirve para todas las habilidades.
- La mielina envuelve, no desenvuelve. Esta es la razón de la potencia que tienen los hábitos. La única manera de cambiar un hábito es construir otro alternativo a través de la práctica repetitiva.
- La edad es importante. Desde la edad temprana hasta los 30 años la mielina viene en ráfagas propiciada por los genes y por las actividades que se desarrollan. Después, y hasta los cincuenta seguimos experimentando ganancias y a partir de los cincuenta el saldo se comienza a inclinar hacia las pérdidas aunque se sigue produciendo mielina toda la vida
¿Qué cantidad de horas serían necesarias para convertirse en una persona que destaca en su campo a nivel mundial? Según los estudios de Anders Ericksson que cita Coyle en su libro, son necesarias 10.000 horas de práctica intensa. Es necesario un tipo de practicante prácticamente obsesivo y de este tipo no hay muchos, ¿verdad?
La tres reglas de la práctica intensa.
- Agrupar
Primero se trata de visualizarse haciendo lo que se quiere hacer. Practicar imitando el modelo a seguir. Segundo Dividirlo en trozos. Es decir descomponer el todo en partes más pequeñas que se practican y memorizan individualmente para luego unirlas de nuevo y construir el todo. Tercero, reducir la velocidad. Lo que se busca es lo que expresa un profesor de música: “No se trata de lo deprisa que puedes hacerlo, sino de lo lentamente que puedes hacerlo de forma correcta”
- Repetir
El lema que resume esto es “la práctica no te hace perfecto; la práctica perfecta te hace perfecto”. La mayoría de expertos a nivel mundial practican entre tres y cinco horas diarias, independientemente de la habilidad que persigan.
- Aprender a sentirlo
Esta regla se refiere a la sensación agridulce de marcarse un objetivo, ir a por él, evaluar qué es lo que ha faltado y volver a intentarlo. Es desarrollar el gusto por la práctica intensa que supone intentar y no conseguirlo.
Segundo: Ignición
Para poder llevar a cabo el tipo de práctica que hemos descrito hace falta energía y pasión: motivación. El término “ignición se refiere precisamente al momento en que se produce el desencadenante, la decisión de llevarlo a cabo. Se puede representar por la frase “¿Si ella puede hacerlo, por qué yo no?”. Es como un fogonazo. En su libro Coyle nos describe que en los semilleros de talento las personas que practican están rodeados de compañeros que son ejemplo que lo que quieren conseguir ellos es algo posible.
Tercero: El maestro instructor
El tercer factor clave en la creación de talento es el profesor y personas poseedoras de las siguientes virtudes:
- Conocimientos. Los grandes maestros disponen de unos vastos conocimientos que les permite adaptarse perfectamente a los esfuerzos del alumno.
- Capacidad de percepción. Percepción para descifrar al tipo de alumno que tiene delante y tratarlo de una manera personalizada.
- El reflejo GPS. Es la cualidad del maestro de dar instrucciones directas y claras que conducen al alumno a perfeccionar el circuito de habilidad.
Conclusión
Para finalizar y recordando las preguntas que nos hacíamos al principio podríamos decir lo siguiente. La ciencia cada vez tiene más claro lo que se llama “plasticidad del cerebro” es decir, la capacidad que tenemos de moldear nuestro cerebro contrariamente a lo que se pensaba anteriormente. El talento tiene una parte de genética ya que hay conexiones que al nacer están más “mielinizadas”. Sin embargo, si sobretodo se incide en las edades más tempranas se puede “provocar” que ciertos circuitos neuronales, fruto de la práctica intensa, se potencien especialmente desarrollándose así un talento.
También se ha explicado cómo la “práctica intensa” entendida de la manera que se ha explicado anteriormente, si se hace en las condiciones explicadas lleva a explicar cómo aparecen personas de talento a nivel mundial.
Finalmente, se explica que para llegar a la excelencia se deben realizar unas 10.000 horas de práctica intensa y que sólo si se tiene verdadera pasión por lo que se hace se puede llevar a cabo dicho entrenamiento.
Ahora podemos entender porqué hay tan pocas personas que sobresalen a nivel mundial. Sólo unos pocos son capaces de invertir esas 10.000 horas de práctica intensa. Y sólo se puede entender cuando se hace con algo que realmente nos apasiona. ¿En qué inviertes tu tiempo? ¿Practicas de forma intensa? ¿De qué forma estas desarrollando y potenciando tus talentos para convertirlos en algo sobresaliente y útil para ti y para los demás?
Espero y deseo que este artículo os sea de ayuda.
Buen viaje