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La queja es algo que todos conocemos muy bien. La única diferencia está en la frecuencia en que nos quejamos. Pero aunque lo hacemos continuamente intuimos que no es algo que sea muy efectivo. No es de extrañar que esté teniendo auge la iniciativa “no quejarse durante 21 días”. Con ello aseguran que mejorará nuestra salud. En este artículo os propongo una aproximación a la queja un poco diferente en la cual transformaremos la queja en algo que nos sea de más utilidad.