Me voy a comprar unas cosas al súper. De camino, a punto de llegar, veo una persona que está manteniendo una conversación con el móvil. Al pasar a su lado oigo que dice, » pues nada, ahora estoy en el trabajo». Inmediatamente pienso,
«vaya cara, si está en medio de la calle paseando,…»
Pero al continuar avanzando, abro el foco de mi atención y veo que está vestida con ropa de peluquera, y que está justo en frente de una peluquería. Y entonces pienso, » vaya pues sí que está en el curro, sólo que está haciendo un descanso o ha salido para hablar. Vaya error».
Hasta aquí la anécdota. Ahora mis reflexiones al respecto. 🤔
La primera: no paro de juzgar, es inevitable. Veo algo y ya lo interpreto inmediatamente.
Y la segunda: qué importante es darse cuenta de la diferencia entre pensamiento y hecho observable. En mi caso, me di cuenta al hacer otra interpretación exactamente opuesta a la anterior sin que los hechos cambiaran.
Porque las interpretaciones pueden ser más o menos lógicas, pero por muy lógica y bien fundamentada que sea una opinión o interpretación nunca podrá una observación. Son categorías diferentes. Si confundo las interpretaciones con los hechos puedo caer en la trampa de creerme ciegamente mis pensamientos. Y eso me da mucho miedo.
¿Qué posibilidades te abre o te cierra lo que acabo de contarte?
Ya me cuentas.