Está claro que la sinceridad es un valor. En este artículo quiero reflexionar sobre lo que puede significar llevar la sinceridad a un punto radical. Me refiero a situaciones en las que las personas expresan lo que piensan sin ningún tipo de filtro, tal y como les pasa por la cabeza, sin calcular las consecuencias de aquello que dicen. Es esta manera de entender la sinceridad a la que me refiero.
Para ver la diferencia os pondré algún ejemplo para que veaís la diferencia entre la sinceridad y el «sincericidio».
Supongamos que voy por la calle y me encuentro con un amigo. Después de un rato de hablar con él me doy cuenta que lleva la camiseta al revés (es un pelín despistado) y se me plantea la siguiente duda: Si se lo digo se va a sentir ridículo y eso no me gusta… sin embargo si no se lo digo, va a ir por la calle sin darse cuenta que lleva la camiseta al revés… Vaya, que se lo digo y que decida él mismo que es lo que va a hacer….
«Oye, perdona pero, ¿ Te habías dado cuenta que llevas la camiseta al revés?» …
Lo que me ha movido a ser sincero es mi interés hacia la otra persona para evitarle que haga el ridículo llevando la camiseta al revés. He creído que con mi sinceridad el va a salir beneficiado.
Habría otra postura, en la cual se lleva la sinceridad hacia un lugar un poco diferente. Ilustrémoslo con otro ejemplo.
Voy por la calle y me encuentro con mi amigo. Esta vez lleva una camiseta con un diseño que no me gusta nada. Total, que nada más verle le digo:
«Oye, llevas una camiseta muy fea».
En este ejemplo, he sido radicalmente sincero. Es más, podría pensar que si no se lo digo, no soy auténtico: para ser auténtico hay que decir lo que se piensa, y punto. Sin embargo, cuando actúo de esta forma no estoy teniendo en cuenta las consecuencias que pueda tener lo que yo digo sobre la otra persona, es decir, estoy poniendo mi necesidad de expresarme de una forma totalmente libre por delante de las posibles consecuencias que pudiera eso tener sobre los demás. Y ya sabemos que nuestra libertad acaba cuando empieza la de los otros.
Siguiendo con el ejemplo anterior, ¿Acaso la otra persona me había pedido mi opinión sobre su camiseta? Entonces, ¿Para que se la doy? ¿Podría ser que estuviera actuando con una sinceridad irreflexiva en la que no cuento con lo que le pase a la otra persona?
el veneno está en la dosis.
Ser sincero no es decir todo lo que se piensa sino no decir nunca lo contrario de lo que se piensa.
ANDRE MAUROIS.
Hay gente que enarbola la sinceridad como arma arrojadiza, como escudo o argumento a traves del cual piensan que debieras pensar «ojo con esa persona, me está diciendo lo que es la verdad»….
Bueno, a mi me ha dicho, una amiga, entre comillas,…no tengo tiempo para vos, tengo otra gente q me quiere q no me deja tiempo, no t enojes, podes llamarme, cuando quieras, pero no quiero sentir la obligación d tener q estar para salir con vos, pero te quiero. Y cuando falleció mi papa me dijo q ella huye del dolor, y remarcó q no sabe si va a estar cuando la necesite. Q se debe hacer con.tanta sinceridad?
No sé cuál es tu forma de ver la amistad pero creo que tu amiga es «poca amiga tuya», realmente. La amistad es una relación de entrega mutua. Das interés pero también debes recibirlo. En este caso, tu amiga se preocupa por ella misma y no está para ti en momentos muy relevantes en los que necesitas apoyo. Ya no es sinceridad extrema, es desinterés por su parte…
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