Hay un episodio de la novela Tom Sawyer, de Mark Twain (1835-1910) que siempre me ha llamado la atención. Se trata de un momento en el que Tía Polly le pone como tarea doméstica el pintar una cerca y entonces convence o engaña, a sus amigos haciendo ver que esa es una actividad súper divertida y que, precisamente por eso, no quiere compartirlo con sus amigos. Esta estrategia despierta un interés cada vez mayor en sus amigos hasta que, al final les «permite» participar en esa actividad tan «divertida» librándose así de pintar la cerca.
Yo me pregunto, ¿realmente los engañó? Aparentemente sí, pero, por lo que parece, sus amigos realmente disfrutaron de esa actividad. Así que, si finalmente disfrutaron pintando, entonces no les engañó, sino que simplemente les enseñó una forma diferente de ver una actividad que, a primera vista, era penosa. Así que, lo que en realidad hizo Tom Sawyer fue re-encuadrar la situación, aunque quizás no fuese eso lo que en realidad quería hacer. Lo que entiendo por re-encuadrar es sacar un marco y poner otro diferente a unos hechos, es decir, sacó el marco «problema» a la situación «pintar la cerca» y le puso el marco «oportunidad«. La misma escena, «pintar la cerca» tiene un significado completamente diferente cuando se le cambia el marco. ¿Te das cuenta de hasta qué punto puede ser determinante y poderoso el marco (el significado) que le damos a las cosas? En este caso significa pasar a hacer algo de mala gana y sufriendo a hacerlo de forma divertida y gustosa. Un crack este Sawyer.
Tom Sawyer desafía una forma de mirar una realidad y le da un enfoque totalmente diferente. ¿Porqué pintar una barrera tiene que ser algo desagradable? ¿Y si fuera igual de cierto que pintar la cerca pudiera ser algo divertido? Si realmente elijo pintar la cerca, ¿cómo esa forma de mirar puede cambiar la forma en que vivo y desarrollo esa actividad?
Así que esta es mi propuesta provocadora de hoy para ti: revisar la forma con la que miro una actividad que me resulte penosa y para ello te planteo el siguiente ejemplo. Supón que dices que ir a trabajar es algo pesado y que el trabajo es un lugar donde no puedo ni divertirme ni desarrollarme. Podría ser algo parecido a lo «pintar la cerca», ¿no? Si no es un ejemplo válido para ti, escoge otro que tenga sentido para ti.
Ahora imagina que viene alguien y me dice que el lugar de trabajo puede ser un lugar donde puedo desarrollarme y divertirme. O que tu trabajo puede ser un lugar en el que puedes encontrar eso que a ti tanto te gustaría. Imagínate que te dicen que eso que tu ves como trabajo duro, forzoso y que no te gusta puede mirarse de otra forma…Supongo que es posible que te enfades porque, ¡a ver si tú no vas a saber qué es lo que te gusta y qué es lo que no te gusta!
Sí, estoy de acuerdo contigo, y quiero cuestionar eso. No pretendo decir que eso que te estás viendo y sintiendo sea inválido o que esté mal enfocado. Mi propuesta consiste en abrirse a la posibilidad de ver eso de otra forma totalmente diferente. Es una propuesta provocadora en el sentido que es algo que requiere que me mueva a un lugar al que no estoy acostumbrado a visitar. No se trata de decir que hay una forma correcta y otra incorrecta sino que se trata de añadir una forma más de ver algo que está ocurriendo. Porque, supongo que estarás de acuerdo conmigo en que las cosas se pueden ver desde muchos puntos de vista y que, cada punto de vista es una forma legítima de ver la realidad. Cuantas más visiones tenga, más me acercaré a tener una visión completa de la situación, ¿no te parece?
Es lo mismo que si te dijera que pintar una cerca podría ser algo divertido cuando tú nunca has disfrutado pintando una cerca. Ya sé que no te gusta y no pretendo decir que es una forma incorrecta de verlo y sentirlo. Mi propuesta es añadir, no anular. Porque, ¿que te pasaría si el trabajo pudiera ser un lugar de crecimiento aprendizaje, conexión y realización? Ya sé que ahora no puedes verlo de esta forma, pero, ¿te imaginas qué podría pasar si eso fuera así?
Yo no sé qué es lo que te ocurriría a ti, pero para mi, la vida podría ser muy diferente a lo que lo es ahora. ¿Te lo imaginas tú también? ¿Cómo cambiaría tu vida si tu trabajo fuera ese lugar que tanto deseas? Así que, ¿porqué no abrirme a la posibilidad de ver también mi trabajo de esta forma? La cierto es que tengo muy poco que perder y muuuucho que ganar.
Entonces, sólo para probar, empezaría a mirar mi trabajo de otra forma. Eso significa que cambiaría mis gafas que ven las cosas que no funcionan y no me gustan por otras gafas que resaltarían las cosas que funcionan para hacerlas crecer. Esas nuevas gafas también cambiarían el marco «problema» al marco «oportunidad» a las situaciones de dificultad con las que me encontraría.
Por ejemplo, si me encuentro con mucho trabajo en la oficina, tanto que no sé por donde empezar, en vez de agobiarme y quejarme porque no puedo con todo lo que tengo que hacer, podría decidir probar la mirada para ver eso como una oportunidad: ¿y si utilizo eso que me está pasando como una forma para aprender a priorizar mis trabajos? ¿Y si eso fuera una oportunidad de aprender a manejar mi ansiedad y pudiera desarrollar la habilidad de afrontar situaciones en las que yo quiero hacer más cosas de las que se pueden hacer? ¿Y si eso me sirviera para poner límites de una forma constructiva que pueda llegar con más facilidad al que me da ese trabajo? Si desarrollo esta habilidad, no sólo me servirá para el trabajo, sino para mi vida personal, ¿no?
¿Acaso esto es una forma equivocada de mirar la realidad? Quizás sí, aunque igual de equivocada o de acertada que la otra, es decir, que simplemente son dos formas de mirar la realidad desde dos puntos de vista. Una me permite vivir la vida de una forma más feliz y me ayuda a crecer y a desarrollarme y la otra me lleva a la infelicidad y al estancamiento. Si eso es así, ¿porqué no elijo una forma de ver mi trabajo, y en general, mi vida, que sea más útil para mi? Supongo que estoy acostumbrado a mirar las cosas de una forma y cambiar eso requiere tiempo y esfuerzo. Ahora bien ¿crees que vale la pena? Supongo que es mi elección. Supongo que es tu elección.
¡Buen Viaje!