¿Qué es hacer zapping? Para mi es plantarse delante de la tele y cambiar compulsivamente de canal, sin ton ni son. Miro algo y pienso, habrá algo mejor? Y cambio de canal. Y cuando he cambiado me vuelvo a hacer la misma pregunta y vuelvo a cambiar. Y así sucesivamente. Al cabo de un rato de estar instalado en esta dinámica, apago la tele agotado, cansado, con una sensación de insatisfacción y aburrimiento.
Pues bien, imaginad que los canales de televisión son vuestros pensamientos y vosotros sois los espectadores, los que miráis la televisión con el mando a distancia en vuestras manos.
Lo que nos ocurre es que vivimos en un estado de “zapping mental” permanente y pasamos de un pensamiento a otro sin parar y, además, ni nos damos cuenta de ello. Estamos perdidos porque confundimos lo que pensamos con lo que realmente somos, el que piensa los pensamientos. Pero nos identificamos tanto con el programa que estamos viendo que nos olvidamos que en realidad somos el espectador, y lo más importante, que somos el espectador que tiene el mando de la tele en su manos.
¿A vosotros no os ha pasado alguna vez que tenéis un pensamiento que os viene continuamente a la cabeza, y no podéis desengancharos de él? Es como si pensarais en círculo, dando vueltas una y otra vez sobre la misma idea…
¿Alguna vez os pilláis respondiendo de una manera impulsiva, y luego os preguntáis qué es lo que os ha pasado? Seguro que hay algún pensamiento del cual no habéis sido conscientes y que os llevado a responder de ese modo. ¿Cómo os podríais dar cuenta de lo que estáis pensando? ¿Cómo abandonar el “zapping mental” y volver a ser conscientes? ¿Podemos tomar el control de nuestros pensamientos?
Conseguirlo es sencillo y difícil a la vez. Digo que es sencillo porque simplemente el darnos cuenta que somos espectadores y no somos nuestros pensamientos, sólo con eso, ya paramos el zapping mental. Y difícil, porque para desarrollar esta habilidad hace falta practicar mucho para romper una costumbre que está profundamente instalada que hace que saltemos de un pensamiento a otro con una facilidad y una inconsciencia pasmosa.
Si decidimos practicar es muy importante tener en cuenta que al principio sólo conseguiremos ser conscientes de nuestros pensamientos durante breves momentos. Lo que se consigue con la práctica continuada es aumentar, poco a poco, estos espacios donde nos podemos encontrar con nosotros mismos de verdad. No importa si al principio tus resultados son escasos o muy escasos. No te juzgues con dureza, acéptalo y sigue practicando porque los beneficios de entrar en esta práctica son muchos.
Beneficios de parar el “zapping mental”
Establecer un tiempo cada día para parar el zapping mental produce efectos beneficiosos que son perceptibles. En mi caso, por ejemplo lo he experimentado en una actividad tan cotidiana como el de conducir por la ciudad. Antes, cuando alguien me pitaba o me increpaba yo reaccionaba inmediatamente. Ahora, la mayor parte de las veces, me quedo la mar de tranquilo. Si creo que tiene razón la otra persona, le pido disculpas con unos gestos. Y si no es así, simplemente no tengo necesidad de contestar. Lo veo con tranquilidad. Si la otra persona reacciona así creo que está en su pleno derecho de hacerlo. Si insulta, es como si no me lo hiciera a mí directamente. Se ha identificado con su pensamiento. Ahora puedo entenderlo mejor.
También hay evidencias científicas sobre el efecto beneficioso que tiene la práctica de “observar los pensamientos” :
“Según una nueva investigación, la meditación tiene efectos beneficiosos a muy corto plazo en el cerebro ya que ocho semanas de práctica son suficientes para generar cambios visibles en ciertas regiones relacionadas a la memoria, la auto-conciencia, la compasión y el stress.
Sara Lazar, del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos) afirmó que “Aunque la práctica de la meditación se asocia a una sensación de paz y relajación física, quienes la practican sostienen que también provee beneficios cognitivos y psicológicos que continúan a lo largo del día, tras finalizar la sesión”.
La especialista agregó que su estudio demuestra que “los cambios en la estructura cerebral parecen explicar algunas de las mejoras que genera la meditación y avala que las personas no se sienten mejor simplemente porque están más relajadas”.
Sus conclusiones fueron publicadas en la revista Psychiatry Research: Neuroimaging. “
Bueno, después de esta cita, los lectores más “avispados” os habréis dado cuenta de que lo que hablo no es más que de una forma de hacer meditación. Lo importante para mí, mucho más que la forma en cómo vamos vestidos, o la forma en concreta de cómo meditemos, es que convirtamos esta actividad en algo integrado en nuestra rutina diaria. Pocas cosas tan sencillas suponen un cambio tan espectacular. “Sólo” hay que ser constante, pero desde luego, vale la pena.
A continuación os paso un video sobre cómo meditar en un minuto. Ahora ya no tenemos excusa: un minuto lo puede buscar cualquiera, ¿no?
!Buen Viaje !