Una creencia es el sentimiento de certeza sobre el significado de algo. Es una afirmación personal que consideramos verdadera.
En la definición hay que fijarse que dice una “afirmación personal” y no dice “una verdad absoluta”. Precisamente es éste el detalle importante, que las creencias se consideran, por la persona que las tiene, una verdad absoluta cuando en realidad no lo son. Por lo tanto las creencias afectan directamente a cómo vemos el mundo y por lo tanto, nuestra manera de actuar.
Para entenderlo mejor os contaré una pequeña historieta que a mí me ha ayudado a entender que son las creencias y cómo afectan de una manera determinante nuestras vidas.
Como todos sabéis las pulgas son unos insectos con una capacidad de saltar extraordinaria. Pues bien, suponed que a una pulga se la colocara una cúpula de cristal transparente de manera que no se diera cuenta de su existencia. Bien, para desplazarse la pulga saltaría y al hacerlo se golpearía contra la cúpula. Lo más probable es que lo volviera a intentar y al hacerlo le volvería a pasar lo mismo. Y tras sucesivos intentos acabaría por aprender que saltar es malo para ella y dejaría de intentarlo de nuevo.
Supongamos ahora que retiramos la cúpula de cristal sin que nuevamente lo sepa. Dicha pulga seguiría sin volver a intentar el salto aunque ahora no tendría nada que se lo impidiera.
La pulga tuvo un proceso de aprendizaje tras el cual integró en su sistema de creencias que “saltar es malo”. Una vez incorporado, ya es tomado como una verdad absoluta (en su momento lo fue). Sin embargo otra pulga que no hubiera tenido esa misma experiencia no lo entendería de la misma forma y lo que para la primera es un hecho para la segunda sería una opinión errónea. De todo ello podemos extraer lo siguiente:
Una creencia es algo que, para la persona que la tiene, no se reconoce como tal, es decir no se identifica como algo opinable, sino que se toma como una verdad absoluta. Por lo tanto, son muy difíciles de detectar como tales por uno mismo. El sistema de creencias que tengamos acerca del mundo y de nosotros mismos actúan de una forma similar a como lo hace el sistema operativo de un ordenador: hace que la máquina se comporte de una determinada forma.
Por este mismo hecho, las creencias tienen una influencia determinante en nuestras vidas. Así, las creencias que tengamos con respecto a nosotros mismos pueden ser limitantes (“yo no soy capaz de hacer ….”) o pueden ser posibilitadoras (“yo soy muy bueno en ….”). En ninguno de los dos casos son verdades absolutas pero al creer que lo son actúan como profecías que se autocumplen respecto a lo que podemos y no podemos hacer. Hay una frase de Henry Ford que refleja esta idea: “Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, en ambos casos estás en los cierto”.
Así pues, una parte fundamental en el desarrollo como personas es tratar poner en duda aquello en lo que creemos y que nos limita ya que, podría ser que sólo fuera una creencia y no una verdad absoluta. Volviendo al símil del ordenador, si podemos desafiar nuestras creencias limitantes y las podemos cambiar lo que estaráimos haciendo es actualizar el sistema operativo. Lo elevamos de una versión a otra más moderna, y al hacer esto, podemos ejecutar aplicaciones que antes no admitía nuestra computadora, es decir, que podemos hacer cosas y obtener resultados que antes ni podíamos imaginar.
¿Os gustaría poder actualizar vuestro «sistema operativo» a una versión más moderna? Es posible? Y si es posible, ¿Es fácil? ¿Cómo se puede hacer?
Modificar las creencias siempre se ha dicho que es una tarea muy difícil, y efectivamente puede serlo si no seguimos un modelo adecuado ya que existe una manera “natural” de cambiar de creencias. Ahora no creemos lo mismo que creíamos cuando éramos chavales, por lo que, sin saber conscientemente cómo, hemos sido capaces de cambiarlas. Pues bien, si identificamos cómo es este proceso natural, podremos replicarlo para cambiar nuestras creencias limitantes. La PNL ( Programación Neuroligüística) ha modelado este proceso y nos lo explica para que podamos seguirlo. Permitidme que os explique las diferentes etapas por las que debemos pasar con un ejemplo.
Fases en el cambio de creencias:
1. Querer creer
Al principio empezamos «queriendo creer» que seremos capaces de manejar alguna situación o reto. Querer creer supone que todavía no lo creemos aunque pensamos que esa nueva creencia va a ser positiva para nosotros. Pongamos un ejemplo, supongamos que queremos creer que seremos capaces de aprender a ir en bicicleta. Todavía no sabemos y lo vemos como algo muy difícil, algo casi imposible pero queremos creer en ello.
2. Abiertos a creer.
Sabemos que aún no creemos posible “ir en bicicleta” sin embargo, si supiéramos ir en bici… ¿cuántas cosas divertidas podríamos hacer? ¿Cómo cambiaría (a mejor) nuestra vida? Haciéndonos estas preguntas nos abrimos a la posibilidad de creer en ello.
3. Creyendo ya
Cuando creemos ya en algo, actuamos como si eso fuera nuestra realidad. En nuestro caso, la creencia de “puedo aprender” puede entrar en conflicto con otras creencias o experiencias, por ejemplo “cuando lo intento me caigo”.
4. Abiertos a dudar
Así pues, en esta fase, lo que hecmos es poner en duda esas creencias que entran en conflicto con la nueva y que, por lo tanto, ahora ya no nos son útiles. Ponemos en duda que algo que habíamos creído largo tiempo como una verdad inamovible (me caigo continuamente, no soy capaz de mantener el equilibrio) quizás no sea tan cierto.
5. Museo de las creencias.
Esta fase corresponde cuando reconocemos creencias antiguas como algo superado, antiguas creencias que ahora ya no tenemos. Así nos podríamos recordar de aquellos momentos cuando pensábamos que no seríamos capaces de aprender a montar en bicicleta y ahora recordamos con cierto “cariño”
6. Confianza
En esta fase final ya tenemos la confianza en el hecho de “sé ir en bicicleta” y tenemos la certeza que cuando la volvamos amontar vamos a saber manejarla.
Para finalizar comentaros que ya hemos visto que las creencias son muy difíciles de detectar. Entonces, ¿cómo nos podemos dar cuenta de ellas? Una pista para detectarlas: cuando te enfrentes a una situación y notes en tu cuerpo que te entás tensionando y angustiando es muy probable que se esté activando una creencia limitante. Entonces párate un momento y pregúntate ¿Qué me estoy diciendo ahora mismo que me hace sentir de este modo?
Con ello y sabiendo los pasos en un proceso de cambio de creencia, ¿te atreverías a desafiar alguna creencia limitante? ¿Qué es lo que podrías hacer para avanzar en tu proceso de cambio de creencias?
Finalmente os quisiera recordar que un coach os puede ayudar en el proceso de identificación de aquellas creencias que os impidan o dificulten alcanzar vuestros objetivos y retos y os puede acompañar en el proceso para cambiarlas por otras que os abran nuevas posibilidades de acción.
Buen viaje !!