En ocasiones nos sentimos tristes o incluso furiosos porque juzgamos que no nos han reconocido por algo que hemos hecho. Antes de entrar en el tema quisiera recalcar que no he dicho «no nos sentimos reconocidos» pues el sentimiento de no reconocimiento, en realidad no es un sentimiento. Esta es una distinción importante que ya he tratado en otro artículo (ver Me siento solo no es un sentimiento).
Volvamos al tema de este artículo. La clave en todo este asunto es la motivación auténtica que nos movió a realizar el acto por el cual no nos sentimos reconocidos. Hagámonos la siguiente pregunta. ¿Para qué busco reconocimiento? Os animo a que busquéis un momento en vuestra vida en la que hayáis sentido frustración o rabia por una falta de reconocimiento.
Ahora fijaros si la respuesta responde a motivaciones internas o externas. Me explico. Si es externa lo que hacemos esperamos que se recompense por algo o alguien ajeno a nosotros mismos. En este caso hay que ser consciente que dependemos del reconocimiento de esa persona. Otro aspecto a tener en cuenta es que seguramente hemos puesto unas expectativas (podéis ver el artículo Tener o no tener expectativas. Esta es la cuestión.) sobre cómo imaginamos nosotros que se debería reconocer nuestra tarea. Si esa expectativa no se cumple entonces hay una decepción y un juicio hacia la otra persona sobre lo que «debería» haber hecho aunque quizás la otra parte nunca supiera que es lo que realmente esperábamos nosotros de él.
En cambio, si las motivaciones son internas ya no dependes de los demás para obtener reconocimiento. Las motivaciones internas suponen, por ejemplo, sentirnos satisfechos por un trabajo bien hecho, o por superar una dificultad que suponía un reto para nosotros. En cuanto a las expectativas aquí no hay espacio a los malentendidos pues se negocia con uno mismo.
En definitiva, cuando hay un sentimiento de decepción por una falta de reconocimiento hay que tener en cuenta cuales son nuestras expectativas respecto cómo se deberían comportar los otros para que haya ese reconocimiento. Y el comportamiento de los demás no depende de nosotros, especialmente cuando la otra parte no sabe exactamente cómo esperamos que se nos reconozca. Es más, en alguna ocasión ni nosotros mismos tenemos muy claro qué significa que nos reconozcan y esperamos que la otra parte lo descubra y lo satisfaga.
Tener motivaciones internas no significa que no esperemos un reconocimiento externo. Simplemente, lo que hay que tener en cuenta es lo que eso significa y gestionarlo desde un rol de protagonista y no de víctima.
¿Qué es lo que harás la próxima vez sientas frustración o enfado por falta de reconocimiento? ¿Dónde centrarás tus expectativas y cómo las gestionarás?
¡Buen viaje!