Hoy quiero hablarte del enfado. Cuando me dejo llevar por la ira primero es un alivio, pero luego se puede convertir en vergüenza y culpa cuando me doy cuenta de los efectos perjudiciales que ha tenido la forma como he liberado esa rabia sobre los demás. Así que se me presenta un dilema. Por un lado, enfadarse es liberador porque me permite expresar algo que está muy vivo en mi. Pero por otro lado, si quiero cuidar la relación con las personas debo reprimirlo para evitar el daño que puede causar en los demás la expresión de mi ira. Así que me pregunto. ¿Habría alguna forma de expresar mi rabia a la vez que soy respetuoso con los demás? ¿Puedo convertir los insultos y la violencia verbal contra los otros en algo a favor de la vida? En definitiva ¿Podría enfadarme de una forma ecológica? Mi respuesta es que sí.
¿Porqué me enfado?
Antes de entrar en materia me gustaría explicarte que normalmente me enfado con alguien porque pienso que no ha actuado de la forma que debería. Rechazo su forma de actuar, la califico como errónea y perjudicial y exijo que se comporte de la manera que yo considero como correcta y aceptable.
El enfado también indica que culpabilizo a la otra persona por la forma en que yo me siento. Por ejemplo, si me enfado porque el otro no es comprensivo conmigo indica que estoy exigiendo comprensión y como no la recibo provoca que yo me enfade. Si el otro es la causa de mi enfado significa que es culpable de que yo me sienta mal por lo que se merece un castigo. Así que el enfado puede ser un mecanismo de defensa y de ataque al mismo tiempo.
El problema de esta forma de entender la situación es que la expresión no respetuosa de mi enfado como una forma de castigar se convierte en una forma legítima de actuar. Sin embargo, cuando castigo causo dolor y eso puede dañar la relación. Si valoro esa relación es cuando aparece la vergüenza o el sentimiento de culpa.
También quisiera decirte que siendo no respetuoso con el otro consigo mi objetivo de hacerme respetar. Sin embargo, puede pasar que el otro actúe sólo para evitar el dolor que causa mi forma no respetuosa de expresar la rabia, pero que no se mueva por un verdadero deseo de contribuir a mi bienestar. Entonces, yo me pregunto, ¿es eso lo que quieres? ¿No preferirías que el otro actuara con la voluntad de buscar tu bienestar en vez de que actuara sólo para evitar el dolor de tu castigo? En definitiva ¿te gustaría poder enfadarte de otra forma?
Transfomando la basura emocional en abono
Mi propuesta es que te enfades de una forma diferente. Así que te voy a hacerte una propuesta para que lo pruebes y me digas.
Paso 1. ¡ STOP!
Reconoce tu enfado y párate un momento. Darse cuenta que uno está enfadado puede no ser obvio. Muchas veces es más fácil verlo en los demás que en uno mismo, ¿a ti no te pasa?
Cuando lo has reconocido se trata de pararse para evitar que la energía poderosa de la rabia pueda hacer daño a los demás y luego te arrepientas de ello. De lo que se trata es dejar de ser reactivo, y por tanto seas un esclavo de tus impulso y que des un espacio para que pueda actuar tu libertad personal ¿Quiere esto decir que tengo que reprimir la rabia? ¡ No! lo que te propongo es que te pares un momento con el compromiso de dejarla ir de una forma más ecológica. Ahora lo verás.
Paso 2. Busca un lugar para descubrir el propósito de la rabia y … ¡ enfádate !
Una persona con rabia es una persona que está sufriendo. Los primeros auxilios (emocionales) dicen que hay que atender a la persona que tiene una herida así que te propongo que cuides de tu herida. ¿Cómo se hace esto? Busca un lugar que puedas estar a solas y tranquilo. En este lugar sacarás la rabia con el objetivo de descubrir cual es su propósito con la seguridad que no vas a dañar a nadie.
Ahora sí. Ahora ha llegado el momento de enfadarte con total libertad porque digas lo que digas nadie puede juzgarte. La idea es que apuntes en un papel o que expreses en voz alta todo aquello que piensas de la persona que ha estimulado tu enfado. Por favor, no te reprimas, insulta y deja ir tu rabia sólo por unos momentos. Tranquilo que no hay peligro que hagas daño a nadie. En este espacio privado, seguro y sagrado puedes pensar, decir y escribir lo que quieras sin que nadie te diga que está bien o mal pensar lo que sea de una persona. Incluso te invito que que exageres un poco lo que piensas. Ya sé que en realidad no piensas eso de la persona y que quizás no le deseas mal….sólo se trata que liberes eso durante unos momentos con la tranquilidad que es un lugar donde no vas a poder hacer ningún daño.
Paso 3. Haz abono a partir de las basura
Una vez que ya has sacado toda tu basura tóxica en forma de juicios, acusaciones e insultos, se trata de hacer el proceso de transformación para convertirlos en abono, que es algo que enriquece y que permite el desarrollo. Porque si le tiras tu basura a alguien es muy probable que no le guste. Es más, seguramente te la devolverá en forma de nuevos insultos, juicios y acusaciones con intensidad aumentada. Así que creo que pude ser una buena idea transformar eso en algo que no pierda su esencia y que y que el otro pueda recibir e incluso, se pueda enriquecer con ella.
Porque, tras los juicios, acusaciones e insultos hacia la otra persona hay siempre Valores y Necesidades Universales que no están satisfechos y que son muy valiosos para ti. El proceso de transformación de la basura consiste en que descubras esas necesidades universales que son muy valiosas e importantes, porque cuando no están satisfechas son las que te mueven a decir y a hacer las cosas que dices y que haces.
Por ejemplo, si en tu espacio privado de seguridad te han salido cosas como «Es un egoísta redomado que se piensa que es el centro del universo…» significa que valoras mucho el cuidado del prójimo y que posiblemente es importante para ti la pertenencia a un grupo y el apoyo mutuo. Si estás muy enfadado significa que estos valores y necesidades universales son muy importantes para tu vida en este momento. Cuanto más intensa sea la rabia y más desgarrador sea el insulto o el juicio hacia la otra persona, más importantes y valiosos son estos valores y necesidades para ti.
Si te salen deseos de querer que el otro sufra, significa que quieres sufra para que el otro vea tu sufrimiento. Quieres que tu bienestar sea igual de importante y legítimo que el bienestar del otro. Así que, desear mal a alguien y permitir esa expresión en un lugar seguro, te permite entender que lo que en realidad necesitas es empatía hacia tu sufrimiento.
Como ves, transformas la materia tóxica en forma de juicios, insultos y deseos de sufrimiento en necesidades y valores universales tan bellos y enriquecedores como pueden ser el cuidado del prójimo, la necesidad de pertenencia a un grupo, el apoyo mutuo y la necesidad de empatía. Qué proceso tan poderoso, ¿no te parece?
Paso 4. Actúa
Si el proceso ha funcionado entonces te preguntaría, ¿donde está tu enfado? Te puedes sentir, triste, decepcionado, porque no están presentes necesidades y valores que son muy importantes para ti, pero no estarás enfadado. Sacar tu basura emocional y transformarla en necesidades y valores universales significa un descubrimiento tal que ya no hay espacio para culpar al otro ni para castigarlo.
Finalmente se trata que te pongas en movimiento para tener cuidado de tu bienestar sabiendo qué es lo que valoras y necesitas. Así puedes pedir al otro desde lo que tú necesitas y que es muy valioso y significativo para ti y no desde lo que tiene que hacer el otro por obligación: pedir sin exigir. Si quieres podemos tratar de esto en otro entrada y aprovechamos y te explico otra manera de enfadarte cuando tienes que hacer este proceso de forma «express».
¡Buen viaje!