No podemos negar que las circunstancias actuales son de todo menos seguras. Pasamos por tiempos de incertidumbre. ¿Cómo haces haces frente a ello? Para hablarte de esto he escrito este breve relato. ¿Te apetece leerlo? (tiempo de lectura aproximado 3 min.)
Había una vez un pueblo que vivía en la pradera. Habían sobrevivido a toda clase de circunstancias adversas por lo que estaban acostumbrados a hacer frente a las dificultades con eficacia. Hasta que un día sufrieron el saqueo de un pueblo nómada.
Después de un cierto tiempo, cuando se habían recuperado, se sentaron a parlamentar sobre lo que les había sucedido, como siempre hacían cuando ocurrían circunstancias importantes en la comunidad. En la asamblea un miembro del consejo propuso construir una muralla que les protegiera de los invasiones de pueblos invasores. La idea fue ampliamente aceptada y se pusieron manos a la obra.
Los problemas surgieron en el momento de diseñar los planos de la fortaleza porque habían dos posiciones muy diferentes. Unos creían que había que construir una gran muralla con muros muy altos, anchos y fuertes. Otros eran de la opinión que no hacía falta gastar tal cantidad de energía en ello y que sería suficiente si construían unas defensas más modestas. Las diferencias se hicieron irreconciliables y tomaron una decisión salomónica: construirían dos fortalezas diferentes: una con gruesos muros que llamaron Securalia y otra, con muros seguros pero más modestos que llamaron Liberalia.
Se construyeron las fortalezas y vivieron en su interior durante largos años. Sin embargo esta diferencia marcó una evolución diferente en cada uno de los pueblos. En Securalia se sentían orgullosos de sus gruesas y poderosas murallas y año tras año hacían más fuerte la fortaleza. Se sentían muy seguros y protegidos. Seguramente por ello, en la misma medida que reforzaban los muros se dejaban reforzar ellos mismos. Vamos, que cada vez se ejercitaban menos y iban perdiendo sus habilidades para luchar y enfrentarse a sus enemigos, confiados en la seguridad que les aportaba su muralla.
Los vecinos de Liberalia lo vivían diferente. Invertían lo justo para mantener a punto sus murallas, pero nada más. Y quizás por ello no dejaron nunca de mantenerse en forma y continuaban entrenándose en el duro arte de la guerra. El mantenerse en forma les hacía confiar en sus propias habilidades por lo que se sentían confiados en salir a menudo de sus murallas. Incluso habían pasado alguna temporada fuera de ellas. En cambio sus hermanos de Securalia raramente salían. Estaban tan a gusto en su interior… y cuando salían se sentían inseguros y procuraban pasar el menor tiempo posible.
Unos vivían libremente, confiados en que podrían sobrellevar lo que la vida les pudiera traer. En cambio, los otros vivían una vida más pequeña aunque creían que era el precio a pagar por vivir seguros. No podían entender cómo sus vecinos no construían unas murallas más fuertes. Tampoco entendían cómo podían disfrutar estando fuera de los muros protectores. Los de Liberalia pensaban que sus vecinos eran un poco raros porque nunca salían de su ciudad. Les daba la impresión que más que su hogar era su prisión…
Sucedió entonces que hubo otra invasión y los gruesos muros de Securalia protegieron a sus habitantes perfectamente. Sus otros vecinos también lo superaron aunque tuvieron que luchar para defenderse, lo cual les costó alguna baja. Esto reforzó las dos maneras de entender cómo debían protegerse. Los unos hicieron todavía más fuertes sus muros. Los otros se entrenaron con más intensidad para poder repeler mejor sus enemigos.
Hasta que un día pasó algo completamente inesperado. Se puso a llover torrencialmente durante 50 días y 50 noches, sin parar. ¿Sabes lo que pasó entonces? Pues que el terreno que sostenía las murallas se convirtió en barro y los muros de ambas ciudades se derrumbaron. La lluvia torrencial y persistente consiguió lo que otros pueblos habían intentado sin ningún resultado.
Los habitantes de Securalia tuvieron una gran crisis. Estaban absolutamente destrozados por la pérdida de algo a lo que habían dedicado gran parte de sus vidas durante generaciones, lo cual era lógico. Sin embargo esto no era lo peor. Lo que les pasó es que cayeron en una profunda depresión porque creían que sin la muralla no eran nadie. Se habían olvidado de pelear y creían que también habían perdido esa habilidad para siempre. Se sentían totalmente indefensos y sin esperanzas por lo que se abandonaron a la queja y se pasaban los días llorando por lo desgraciados que habían sido. No podían dejar de pensar que la vida había sido terriblemente injusta con ellos. No podían soportar la idea que no podrían vivir ni sobrevivir sin la muralla que tan bien les había protegido durante siglos.
Los habitantes de Liberalia también se entristecieron profundamente porque el trabajo de muchas personas dedicados durante siglos a la construcción de la muralla se había perdido. Durante un tiempo también estuvieron deprimidos y se preguntaron por qué la naturaleza había sido tan injusta con ellos. Sin embargo no se quedaron mucho tiempo en llorando sus desgracias. Al fin y al cabo, ya habían pasado por otros contratiempos. Además pensaron que, aunque las murallas se habían derrumbado no habían perdido a ningún miembro de la comunidad. Así que prepararon unos turnos de guardia para protegerse de los posibles enemigos y empezaron a hacer planes para volver a construir una murallas: esta vez las harían con unos cimientos que aguantaran las fuertes lluvias. Eran momentos de dificultad, eso era evidente, pero se sentían confiados en sus posibilidades…
Lo que pasó con las ciudades a partir del derrumbe de sus murallas yo no lo sé. ¿Qué crees tú que pasó con Securalia? ¿Fueron capaces de sobreponerse a su desgracia o era ya demasiado tarde?
Si dejamos a parte este pequeño relato, hay otra cuestión que me gustaría hacerte: ¿cómo construyes tu seguridad? Si has conseguido construirte unas buenas murallas ( un buen trabajo o simplemente, un trabajo ,…) ¿te has dormido pensando que es para siempre? ¿Has dejado de entrenarte en el difícil arte de la guerra o bien no dejas de aprender y sales a hacer cosas nuevas? ¿estás más preocupado por lo que puedes perder o por lo que puedes ganar? En definitiva, ¿cómo construyes tu seguridad?
¡Buen Viaje!
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