¿te has encontrado alguna vez en una situación en la que te dices que lo que hace el otro es una falta de respeto? Sin ir más lejos el otro día viví una situación en la que viví esto y lo que me gustaría compartir contigo es el proceso que utilizo para convertir ese juicio y el enfado que me llevé, en algo más productivo y eficaz, ¿me acompañas?
Primero te explicaré la situación para ponerte en contexto. En una reunión una persona hace un comentario en la que cuestiona la eficacia con la que se ha llevado un proyecto. Esa opinión se expresa desde el desconocimiento de las circunstancias del mismo y eso me lleva a pensar que eso es una falta de respeto hacia el trabajo de muchas personas que han participado en el. Pensar eso me lleva al enfado. Y al enfadarme pienso que esa persona es muy desconsiderada y que siempre critica el trabajo de los demás y no se cuestiona nunca el suyo. Tener esta clase de pensamientos sólo hace que aumente mi enfado.
La cosa es que estoy enganchado en este círculo vicioso y me gustaría poder encontrar una fórmula para salir de él. Se me ocurre que tiene que ver con poner límites, y al pensar en ello sólo se me ocurren formas violentas de hacerlo, y no me siento cómodo en ese terreno. Así que voy a seguir el método de los 4 pasos para ver qué tal funciona.
Primer paso: poner luz a los sentimientos y los pensamientos.
De la situación que te acabo de explicar está claro que el sentimiento que tengo al vivir esta situación es el enfado. Lo que hago para alimentar este sentimiento es que yo pienso que: «él no respeta mi trabajo«, y también que «él lo hace todo bien y los demás lo hacen todo mal, se cree superior a los demás.» Ahora que ya soy consciente de los sentimientos y de los pensamientos y juicios que los alimentan puedo pasar al segundo paso.
Segundo paso: diferencia entre estímulo y causa.
En el artículo Enfadarse sí, pero hazlo de forma diferente, ya expliqué la diferencia entre causa y estímulo así que no lo voy a volver a repetir aquí. El estímulo de mi enfado es que esa persona emite un juicio sobre un proyecto de mi responsabilidad, y la causa de mi enfado es que, cuando esa persona hace eso, yo pienso que «el no respeta mi trabajo» y que «él se cree superior a los demás«. ¿Ves la diferencia entre estímulo y causa? Ahora podemos ir siguiente paso.
Tercer paso: descubrir la Necesidades y Valores Universales
De lo que se trata ahora es de encontrar qué Necesidades Universales me están faltando que me llevan a emitir esos juicios y pensamientos. Como decía Jack el Destripador, vayamos por partes. Los juicios y pensamientos eran:
1. «él no respeta mi trabajo»
La primera Necesidad Universal que me viene a la cabeza es la necesidad de respeto, pero eso es algo que deben hacer los demás, así que eso no es una verdadera necesidad universal. Así que la buena pregunta es ¿qué necesidades se satisfacen si la otra persona me respeta? En mi caso serían comprensión, empatía y la necesidad de contar y ser visto. Por otra parte, si mi enfado es muy intenso (que lo es) eso significa que esas necesidades son muy valiosas e importantes para mi. ¡Uf, qué bien que me sienta haber hecho este descubrimiento!
2. «El lo hace todo bien y los demás lo hacemos todo mal. Se cree superior a los demás»
Lo que me encantaría que pasara es que la otra persona fuera comprensiva, empática y flexible para que pudiera ver que lo hacemos lo mejor posible. Si eso se pudiera ver y entender entonces todos estaríamos más unidos, relajados y podríamos trabajar de forma más colaborativa sin necesidad de estar buscando culpables y defendiéndonos de los ataques de los otros.
Así que las necesidades que me faltan cuando pienso estas cosas son las de comprensión, empatía, colaboración y confianza. ¡Me encanta descubrir que tras esos pensamientos hay necesidades y valores tan bellos!
Cuarto paso: petición
De lo que se trata ahora es de pasar a la acción para tener cuidado de mis necesidades una vez ya tengo claras cuales son. Así lo que consigo es hacer una petición sabiendo lo que realmente necesito. Pasar a la acción significa hacer peticiones, que pueden estar dirigidas hacia mi mismo o hacia los demás. (Si quieres saber más sobre como hacer peticiones clica aquí)
¿Qué es lo que me puedo pedir a mi mismo? Lo que me quiero pedir es compresión y aceptación de mi enfado porque es una señal de alarma que me está indicando que hay valores y necesidades importantes y valiosas que me están faltando y que tengo que hacer algo con ello. Además de pedirme esto a mi mismo, ¿puedo hacer otra cosa?
Se me ocurre que puedo pedir que la otra persona no haga esos comentario críticos, pero no creo que eso funcione. Primero porque, aunque es persona quisiera dejar de hacerlo, me da la impresión que no sabría cómo, porque es su forma habitual de comportarse. Por otra parte, el otro tiene todo el derecho a comportarse como cree que es más conveniente (y yo también de comportarme como creo que es más adecuado). Así me centraré en lo que yo puedo hacer y que optaré por la expresión honesta y una petición de conexión. ¿Cómo sería esto? Lo que es honesto es expresar lo que me ocurre, sea lo que sea. Si lo que me pasa es que no sé que hacer, se trata de expresar exactamente eso. Utilizaré la fórmula de los 4 pasos (explicar hechos + decir cómo me siento + explicar mis necesidades no satisfechas + petición) Entonces podría ser algo así:
– Cuando dices que eso no es la mejor manera de hacerlo y que tendría que haberse hecho de otra forma (hechos), me enfado (sentimientos) porque pienso que no estás viendo todos los esfuerzos que hemos hecho para que este proyecto salga adelante y las dificultades que nos hemos encontrado. Para mi es muy importante que se sepa el esfuerzo que hay detrás de todo esto. También me gustaría tener mucha claridad (expresión de mis necesidades de comprensión, empatía, colaboración, confianza y claridad) así que me gustaría que me dijeras que es lo que has entendido de esto que acabo de decir.
Conclusiones
Con este ejemplo lo que he querido compartir contigo es que puedo expresar cómo me siento, aunque eso sea enfado, sin necesidad de culpar de eso a la forma de comportarse de la otra persona. Pienso que es honesto expresar mi enfado, porque hay necesidades y valores que para mí son importantes que me están faltando. Al hacerlo de esta forma estoy poniendo la responsabilidad de mi enfado en mi y no en el otro. La que esto favorece es que la otra persona no se siente atacada, simplemente porque no la culpa, así que hay más posibilidades que me escuche y, por lo tanto, que desee atender mi petición. También, favorece este efecto el hecho que yo haga una petición para conectar con el otro.
Finalmente decirte que una petición no es una exigencia, así que si quiere hacerlo, perfecto, y si prefiere no hacerlo, también eso me dará claridad sobre cual es mi mejor forma de actuar a partir de ahora. Todo desde el respeto de la posición legítima de cada persona. Espero que te pueda servir.
¡Buen viaje!