Hoy quiero empezar por comentar un episodio de una serie de televisión. Se trata de «Cómo conocí a vuestra madre» Concretamente hay un episodio en el que dos amigos, Barney y Marshall hacen una apuesta. El que la pierda recibirá 10 bofetadas del que haya ganado.
La cuestión es que Barney pierde y su amigo Marshall, le da a elegir entre dos opciones: podrá recibir las 10 bofetadas seguidas o bien sólo 5, pero se las podrá dar en cualquier momento que elija Marshall, sin avisar. Se lo piensa un rato y al final al elije la modalidad de las 5 bofetadas. En los siguientes capítulos se puede ver el sufrimiento de Barney, porque cada pequeño gesto de Marshall lo interpreta como el preludio de una bofetada, aunque al final no acaba por llegar.
Vamos a ver, entre recibir 10 bofetadas o «sólo» 5 mi elección está clara: prefiero la segunda opción. Lo que ocurre es que en este caso concreto mi elección no sería tan clara porque 5 bofetadas es menos desagradable que 10 sólo si tengo en cuenta el dolor. Ahora bien, si además del dolor considero el sufrimiento, 5 bofetadas pueden llegar a ser peor que 10. ¿Quieres saber porqué?
La diferencia entre dolor y sufrimiento
Dolor
Para explicarte la diferencia voy a utilizar el ejemplo de las bofetadas. Dolor es lo que siento al recibir la bofetada. Es una respuesta de mi cuerpo que me avisa que he sufrido un daño para que haga algo al respecto. Es un aviso para que atienda al daño causado. Si no sintiera el dolor me pasaría como con los niños con Insensibilidad congénita al dolor, que ponen en juego su supervivencia al no darse cuenta cuando hacen algo que daña su cuerpo. Así que hacer desaparecer el dolor puede llegar a ser muy peligroso para mi integridad personal. (también hacer click en la agonía de no sentir dolor). Así que sentir el dolor me permite sobrevivir.
El dolor también puede venir de una herida que no sea física. Me refiero al dolor que proviene de las emociones desagradables. Se parece al dolor físico porque también es un síntoma que me está avisando de que algo no va bien. Según la CNV (Comunicación NoViolenta), los sentimientos desagradables se producen para indicarme que me faltan una o varias necesidades universales. En cambio, tengo sentimientos agradables cuando una o varias de ellas estás satisfechas.
El término necesidad sirve para explicar tanto lo que es indispensable en mi vida en cuanto a que le da seguridad y sentido. Incluye tanto las necesidades vitales como son respirar, comer, beber, dormir, .., las necesidades de seguridad material y afectiva y las de desarrollo del ser humano, como la necesidad de contribución a la vida, de dar sentido a lo que hacemos…
Al igual que el dolor que proviene de algo físico, la insatisfacción que me produce los sentimientos desagradables son útiles porque me indican que hay una o varias necesidades universales, que son indispensables o muy importantes en un determinado momento, que me están faltando. Así que la insatisfacción del sentimiento desagradable es en realidad un aviso.
Ya hemos visto que sin dolor corro grave peligro físico así que, sin sentimientos desagradables, también corro un grave peligro para mi supervivencia porque pierdo el sistema que me indica aquello que enriquece mi vida.
Sufrimiento
Cambiemos de tercio y veamos juntos qué es el sufrimiento. Al igual que el dolor, también es algo desagradable e insatisfactorio. Sin embargo, el malestar proviene de los juicios que fabrica mi mente respecto a cómo deberían ser las cosas o bien porque rechazo algo que me ha sucedido. Es fruto de mi mente que evalúa, compara y pretende violentar lo que ya ha sucedido o bien imponer lo que debería ocurrir en el futuro.
El sufrimiento, si bien me dice que hay una o varias necesidades universales que me están faltando, lleva mi atención fuera de mi, hacia las circunstancias o hacia los demás. Cuando esto pasa dejo de buscar qué necesidad que me está faltando, y por lo tanto, me convierto en una víctima que está a merced de los demás y de las circunstancias. Así que seguir el sufrimiento es seguir una pista engañosa.
Te lo explico con un ejemplo. Imagínate que voy caminando, me tropiezo con una silla, y me caigo al suelo. El sufrimiento sería el malestar que siento cuando pienso cosas como: ¿Quien ha puesta esta silla aquí? ¡No hay derecho que sean unos desconsiderados! ¡Qué falta de respeto! ¡Qué mala suerte que he tenido!
Te digo que es una pista engañosa porque fíjate que el foco de todos estos pensamientos están fuera de mi y hablan de cosas que deberían hacer los otros y de cosas que han sucedido de una forma y no deberían haber sucedido de esa manera. Es como si al hacerme daño, dejara de poner mi atención a mis heridas para castigar a los causantes de ellas. Cuando estoy en este paradigma puedo llegar a hacer algo tan fuera de la lógica como dar una patada a la silla, como si hubiera sido la silla la que me ha atacado.
Mientras sigo la pista del sufrimiento, sigo sin saber qué necesidades esenciales en mi vida no están siendo atendidas. Y cómo no sé qué me está faltando no puedo moverme para hacer mi vida más satisfactoria. Sólo me queda esperar que los demás y que las circunstancias sean favorables. Así que soy víctima de lo que hacen los demás y de lo que me provocan las circunstancias.
¿Cómo dejar de seguir la pista falsa?
La manera que yo conozco es buscar mis necesidades no satisfechas para poder hacer peticiones a los demás desde lo que yo necesito y no desde lo que deben hacer los otros. Eso supone hacerme cargo de lo que me pasa, y movilizarme para hacer mi vida más plena. Eso supone dejar de culpar a los demás porque no cuidan de mí. Eso supone convertirme en el protagonista de mi vida y no una víctima de las circunstancias.
Ya hemos visto que el síntoma que me indica que hay una o varias necesidades esenciales en mi vida que no están satisfechas es que tengo sentimientos desagradables. Como los sentimientos desagradables son eso, desagradables, los evito. Lo que me ocurre cuando ignoro o reprimo el sentimiento desagradable, es que pierdo la pista para averiguar las necesidades y valores universales que me están faltando. Es como si perdiera la brújula que me da la dirección para una vida satisfactoria.
Sin brújula lo único que me queda es utilizar el método del ensayo y error. Pruebo y si sigue la insatisfacción pruebo otra cosa. Total que puedo pasarme la vida probando cosas y vivir en la permanente insatisfacción. A mi no me parece una manera muy eficaz de conseguir llevar una vida satisfactoria. Así que si quieres, a continuación te explico un método para descubrir cual es tu brújula interior que te ayudará a que no te pierdas con las pistas engañosas. ¿Te interesa?
Abandona la pista falsa y toma la brújula: 3 pasos para detectar necesidades y valores universales
Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor. Supón que Me produce mucho malestar que una persona en concreto, no me escuche. Te propongo seguir unos pasos en el proceso.
Primer paso: reconocer la insatisfacción de la situación.
Que esa persona no me escuche me produce una mezcla de sentimientos. Rabia porque debería escucharme, y tristeza porque no consigo conectar con esa persona que es muy importante para mi. En este paso hay sentimientos y juicios sobre cómo debería comportarse la otra persona, lo cual me hace sufrir.
Segundo paso: Atender la herida:
Se trata de dejar de dar la culpa a la silla porque es la causante de mi dolor y hacerme la siguiente pregunta ¿dónde me duele exactamente? Si lo trasladamos a nuestro ejemplo, se trata es de hacerse la pregunta:
¿Qué necesidades y valores universales esenciales en mi vida no están atendidos en esta situación?
En este caso puede ser que me estén faltando, afecto, confianza, proximidad, ver y ser visto, afecto y aceptación. Sí, porque todo esto es fundamental en mi vida y como me ha faltado me duele.
Antes de seguir adelante, quisiera hacer un paréntesis. El nivel de dolor indica la profundidad de la herida. Cuanto más doloroso sea, más cuidado y atención requiere por mi parte.
¿Qué significa tener atención y cuidado a la herida? Pues dar espacio al dolor que me produce la pérdida de esas necesidades tan importantes para mi vida. Si es algo muy importante creo que eso se merece una atención. Así que darme la oportunidad de permitirme sentirlo, es honrarlo porque precisamente es algo muy valioso para mi. Lo siento, pero es la manera que conozco para que una herida cure: atención y cariño. Cuando era pequeño y me lastimaba jugando, mi madre me curaba con un antiséptico. Cuando me quejaba me decía: «Si pica es que cura.»
Tercer paso: la petición
El tercer y último paso consiste en pedir a los demás desde lo que necesitamos y enriquece nuestra vida. Para saber cómo hacer peticiones puedes consultar los siguientes posts :
- Las 4 características de las peticiones eficaces
- Cómo hacer peticiones. Diferencia entre petición y exigencia
¿Qué pasa con el sufrimiento?
El sufrimiento es la insatisfacción que me lleva a pensar cosas como:
El debería tratarme con más atención. Es un desconsiderado. Soy muy desgraciado, qué mala suerte tengo. No hay derecho que me ocurra esto a mí.
Esta clase de pensamientos producen mucho sufrimiento, y el sufrimiento realimenta los pensamientos, por lo que es muy fácil quedarse estancado en este círculo vicioso. Otra vez, decirte que sólo conozco una forma para salir del círculo vicioso, que es recordar que estoy siguiendo una pista falsa y que puedo echar mano de mi brújula interior, que está siempre disponible. Se trata de recordar que el camino es atender la herida y poner la atención en mi. Supone hacer el duelo por las necesidades no satisfechas.
Es cierto que la herida la ha producido algo que ha pasado piel hacia afuera, pero lo que me duele es mi herida, nada más. Si no me cuido yo, ¿quien lo va hacer por mi?. Indagar sobre cuáles son mis necesidades y valores no satisfechos es el paso necesario e indispensable para emprender acciones que hagan mi vida más satisfactoria.
Si el sufrimiento persiste es que todavía no he atendido lo suficiente la herida, y que necesita más tiempo y atención para curarse. Al final del proceso, el dolor se trasciende y el sufrimiento en forma de rabia, resentimiento y de lástima hacia mi mismo desaparece. Y desde este lugar la vida se vuelve abrir con muchas posibilidades que la niebla del sufrimiento impide ver.
Cierre
Para acabar decir que el dolor vive en el aquí y el ahora, es algo real. En cambio, el sufrimiento vive en el tiempo, en el pasado y el futuro, y no es real en el sentido que es algo que mi mente produce. Así que, pensando en esto escribí unas lineas que te voy a regalar. Se titula TOT SOVINT. Aquí tienes la traducción y el original en catalán.
¡Buen viaje!
P.D. Gracias Carmen y Mer por vuestros ejemplos 😉
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A MENUDO…
A menudo encuentro circunstancias que no me satisfacen , o personas que no actúan conforme a mis deseos.
A menudo me enfado cuando esto pasa.
A menudo lucho contra esto. La batalla es dura.
A menudo no lo consigo.
A menudo me desanimo.
Todo es muy CANSADO.
A menudo encuentro circunstancias que no me satisfacen , o personas que no actúan conforme a mis deseos.
PERO …..
… a veces reconozco mi enfado, y le digo: te veo, eres legítimo.
entonces lo abrazo.
Al principio se resiste pero yo me mantengo firme en el abrazo,
entonces afloja,
entonces puede llorar.
Yo lo consuelo en silencio…
… Y PUEDE DESCANSAR
Entonces me doy cuenta que las circunstancias o las personas … son, y nada más.
Entonces aflojo,
entonces puedo llorar,
entonces me consuelo en silencio.
… Y DESCANSO
A menudo encuentro circunstancias que no me satisfacen , o personas que no actúan conforme a mis deseos.
PERO …..
…dónde está mi enfado?
Ya no lo veo.
Ahora estoy…
… SERENO.
A menudo encuentro circunstancias que no me satisfacen , o personas que no actúan conforme a mis deseos.
PERO …..
… ahora que la niebla del enfado se ha disipado.
me doy cuenta que ya no pienso lo mismo,
que ya no soy el mismo.
ahora veo más claro, veo que puedo hacer otras cosas.
ENTONCES LO CONSIGO.
Francesc Bonada, diciembre 2013
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Tot sovint trobo circumstàncies que no em satisfan, o persones que no actuen conforme als meus desitjos.
Tot sovint m’enfado quan això em passa.
Tot sovint lluito contra això. La batalla és dura.
Tot sovint no me’n surto.
Tot sovint em desanimo.
Tot plegat és molt cansat.
Tot sovint trobo circumstàncies que no em satisfan, o persones que no actuen conforme als meus desitjos.
PERÒ …..
… de vegades reconec el meu enuig, i li dic: Et veig, ets legítim.
llavors l’abraço.
Al principi es resisteix però, si jo em mantinc ferm en l’abraçada,
llavors afluixa,
llavors pot plorar.
Jo el consolo en silenci…
… i POT DESCANSAR
Llavors me n’adono que les circumstàncies, o les persones … són, i res més.
Llavors afluixo,
llavors puc plorar,
llavors em consolo en silenci.
… i DESCANSO
Tot sovint trobo circumstàncies que no em satisfan, o persones que no actuen conforme als meus desitjos.
PERÒ …..
…on està el meu enuig?
Ja no el veig.
Ara estic…
… SERÈ.
Tot sovint trobo circumstàncies que no em satisfan, o persones que no actuen conforme als meus desitjos.
PERÒ …..
… ara que la boira de l’enuig ha desaparegut.
m’adono que ja no penso el mateix,
que ja no sóc el mateix.
ara veig més clar, veig que puc fer altres coses.
LLAVORS ME’N SURTO.
Francesc Bonada, desembre 2013