Caminos por explorar

El caminante está llorando, pensando en todos las sendas, preciosas, maravillosas, que podría caminar. ¡Porque sólo puede caminar una! Sólo una, ¿y qué pasa con todas los demás? No importa que su camino sea magnífico y maravilloso. Sólo ve la dicha que nunca podrá alcanzar. Sólo pendiente de aquello que no podrá gozar. Nunca. … … Leer más

El viaje a Plenilandia

Querido lect@r de Rumbo Interior. Se acerca el fin de año y  he preparado para ti dos regalos. El primero es un cuento que he escrito para desearte lo mejor para el año que ha de venir. Espero que te guste. El otro regalo te lo daré al final del relato, y me gustaría que esperases hasta el final. ¿Me acompañas?

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Un cuento para ti: Juan con Miedo

Hoy quiero compartido un pequeño relato sobre el miedo. Acabo de sacarlo del horno. Espero que lo disfrutes. Erase una vez Juan Sin Miedo que encontró el miedo. Podrías pensar que como era algo deseado, estaría feliz con su nuevo hallazgo. Sin embargo, no ha dejado de maldecir el día en que encontró aquello que … Leer más

San Jorge y el dragón llamado Miedo

El miércoles pasado, 23 de abril fue el día de San Jorge, e inspirado en la vida de este santo he escrito un cuento sobre el miedo. Espero que te guste. Ya me dices… ———————————————————————- La fama de San Jorge se había extendido por todo el mundo gracias a su habilidad para matar dragones y … Leer más

Rindarath y las estrellas. Un cuento sobre la autoestima.

Rindarath era un gurú que vivía solitario en las montañas cerca del lugar donde nació. Las tribus de los alrededores le iban a consultar cuando tenían problemas que no sabían resolver. Era una persona sabia, que además tenía un don que le hacía muy especial: era capaz de hablar con las estrellas. Al menos es … Leer más

¿Quieres ser cigarra o hormiga? ¿Podría ser las dos cosas a la vez?

 

Me parece que tú ya conoces la fábula de la cigarra y la hormiga y creo que también sabes que todas las fábulas acaban con una moraleja. En el caso de esta fábula el mensaje es que el trabajo incesante de la hormiga se ve recompensado con la supervivencia, mientras que la despreocupación de la cigarra la paga con su vida. Es pues una invitación al trabajo duro y al valor del esfuerzo. Sin embargo la amenaza es la fuerza motora de ese comportamiento y eso a mi eso no me gusta.

Por otra parte, lo que me gusta de la cigarra es esa actitud de saber vivir y disfrutar de los momentos que te proporciona la vida, no como la hormiga que parece que sólo sepa vivir para trabajar. Así que después de leer la fábula de la cigarra y la hormiga lo que me queda es una cierta sensación de conflicto. No me gusta tener que elegir entre ser o cigarra o hormiga. ¿No me podría quedar con lo mejor de los dos? Esta inquietud que te planteo no es nueva y de hecho es compartida con más gente. De hecho, esto me recuerda un chiste sobre consultores de alto nivel.

Cuenta que una cigarra, al conocer la fábula de la cigarra y la hormiga también entró en crisis. No podía dejar de ser una cigarra, por lo tanto necesitaba cantar en verano, pero no deseaba para nada morir, así que decidió contratar a un consultor de alto nivel para que le diera una solución a su dilema.

¿Hay alguna solución a este problema? Le preguntó al consultor.

– Por supuesto.

Y después de abonarle la tarifa de consultor de alto nivel le dijo lo siguiente:

– Lo que debes hacer es lo siguiente. Durante el verano te dedicas a cantar y cuando llegue el invierno, te disfrazas de hormiga y te metes en el hormiguero para pasar el invierno.

– ¡Qué gran idea!, dijo la cigarra. 

Pero después de pensar un rato, le contestó.

– ¿Y cómo me disfrazo de hormiga? – Eso se lo tendrás que preguntar a un consultor de bajo nivel. Yo sólo me ocupo de las grandes ideas.

….

Yo no soy un consultor de alto nivel aunque tengo una propuesta para ti que une el mundo de la cigarra con el de la hormiga y además, !te lo cuento gratis! ¿Te apetece que te lo explique?

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¿Se te escapa el tiempo y no sabes cómo? Mi compromiso para mirar la vida de otra forma.

El tiempo se me escapa, sin quererlo, sin darme cuenta. Parece que cada vez me pasa más deprisa. Me veo un montón de veces diciéndome «Ha pasado un año y sin embargo me parece que fue ayer cuando …». ¿A ti te ocurre lo mismo? El tiempo es como

 

… el tiempo es como el agua que brota de una fuente. Intento retenerla en mis manos para que no se me escape, pero no lo consigo. La fuente proviene de un manantial que a veces brota con mucha fuerza, mientras que otras veces sólo da un hilo de agua, pero nunca se agota. He intentado retenerla haciendo un cuenco con mis manos, pero el agua acaba por rebosar y se pierde de forma inexorable.

Durante mucho tiempo me he resistido a esto pero me ha dado cuenta que es inútil. No quiero luchar más, quiero aceptarlo sin  resignarme. ¿Cómo sería entonces aceptarlo?

Estoy presente y atento a lo que siento cuando el agua pasa entre mis dedos, sin juzgarlo, sin querer que sea algo diferente de lo que ya es. Entonces es cuando curiosamente se produce un cambio.El agua que me parecía siempre igual deja de serlo. Sólo cuando estoy presente y sólo soy un testigo de lo que pasa puedo apreciar cada gota de agua como algo único e irrepetible. Este momento se convierte en algo sencillamente único y por ello, maravilloso.Así que ahora ya no quiero retener el agua. Ahora simplemente quiero que fluya para disfrutar de ello.

Mi declaración de intenciones

Con esta metáfora lo que te quiero decir es que he descubierto que tratar de resistirse al paso del tiempo es inútil. Me resisto porque supongo que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero ahora quiero cambiar de actitud. Así que esta mi declaración de intenciones con respecto a vivir el momento.

Quiero vivir la vida y no estar todo el día perdido haciendo cosas o esperando a que las cosas pasen, sin darme cuenta que la vida está delante mío, esperando que la viva. Quiero dejar de juzgar el tiempo y pensar si es o ha sido mejor o peor. Quiero vivir cada momento de mi vida, cada segundo, simplemente dejando que sea, sintiéndolo. Nada es superfluo, todo es valioso, hasta lo aparentemente más insignificante. Quiero llorar con todas mis lágrimas y reír con todas mis risas. Quiero honrar a la vida en todos sus momentos porque ahí se esconde algo único e irrepetible que quiero descubrir. No quisiera perdérmelo para nada.  Así que no quiero que mi vida se limite a esperar a que lleguen los buenos momentos sino que quiero hacer bueno cada momento.

Llevándolo a la práctica

¿Cómo estoy llevando esto a mi vida diaria? Pues a través de mi intención de poner cada vez más consciencia en todas y cada una de las cosas que hago en mi vida. Así que, antes de hacer algo, decido cual va a ser mi intención y si quiero hacerlo de forma consciente. Entonces, antes de empezar algo me pregunto ¿Cesc, quieres hacer esto de forma consciente?

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