Hola, queridx lector. Hoy me gustaría compartir contigo un descubrimiento que me me está sirviendo y que quizás a ti también podría serte de utilidad. Se trata de que, en ocasiones, nuestras propias actitudes, pueden contribuir indirectamente a que los demás nos hagan sentir culpables y por lo tanto a generar comportamientos violentos hacia nosotros mismos. Pero para esto, antes necesito explicarte la distinción causa / estímulo. Así que, lo que te pido es paciencia. A pesar de eso, ¿quieres acompañarme?
La distinción causa / estímulo
Imagínate que te digo algo que te sienta mal sin que esa sea mi intención. Por ejemplo, supón que hoy has tenido un día muy duro, que te has peleado con tu jefe y que al volver del trabajo has pinchado la rueda del coche y has tenido que cambiarla y cuando nos vemos, te digo:
.- Jo, que mala cara que haces, Alégrate mujer que la vida es guay!!
Entonces tu me contestas enfadada:
.- Será guay para ti !
y yo te contesto:
.- Jo, que sensible que eres !!!
En esta situación, lo más probable es que pienses que yo soy la causa de tu malestar porque, el hecho que yo esté contento no es razón suficiente para tu estés contenta, que por lo tanto, mi comportamiento es desconsiderado porque no pienso que los demás, si están de mal humor, debe ser por una buena razón… En definitiva que yo soy la causa que tu estés enfadada.
En Comunicación NoViolenta (CNV) hacemos la distinción entre causa y estímulo para señalar que lo que hacen y dicen los demás no es la causa de nuestros sentimientos y que la causa raíz de los sentimientos está en necesidades y valores universales no cubiertos.