En ocasiones nos sentimos tristes o incluso furiosos porque juzgamos que no nos han reconocido por algo que hemos hecho. Antes de entrar en el tema quisiera recalcar que no he dicho «no nos sentimos reconocidos» pues el sentimiento de no reconocimiento, en realidad no es un sentimiento. Esta es una distinción importante que ya he tratado en otro artículo (ver Me siento solo no es un sentimiento).
Volvamos al tema de este artículo. La clave en todo este asunto es la motivación auténtica que nos movió a realizar el acto por el cual no nos sentimos reconocidos. Hagámonos la siguiente pregunta. ¿Para qué busco reconocimiento? Os animo a que busquéis un momento en vuestra vida en la que hayáis sentido frustración o rabia por una falta de reconocimiento.
Ahora fijaros si la respuesta responde a motivaciones internas o externas. Me explico. Si es externa lo que hacemos esperamos que se recompense por algo o alguien ajeno a nosotros mismos. En este caso hay que ser consciente que dependemos del reconocimiento de esa persona. Otro aspecto a tener en cuenta es que seguramente hemos puesto unas expectativas (podéis ver el artículo Tener o no tener expectativas. Esta es la cuestión.) sobre cómo imaginamos nosotros que se debería reconocer nuestra tarea. Si esa expectativa no se cumple entonces hay una decepción y un juicio hacia la otra persona sobre lo que «debería» haber hecho aunque quizás la otra parte nunca supiera que es lo que realmente esperábamos nosotros de él.
En algún otro artículo (
Durante mucho tiempo he podido comprobar personalmente la utilidad y efectividad que supone fijarse objetivos. He estudiado y probado infinidad de técnicas, algunas veces con éxito y otras veces con resultados más bien pobres. Sin embargo, he llegado a la conclusión que la capacidad de hacer planes y el compromiso para llevar a cabo lo planeado es fundamental para tener la sensación que controlamos nuestras vidas y que no somos unas simples marionetas a merced de las circunstancias de la vida. Y cuando uno descubre algo que funciona y piensa que puede ser muy valioso para el progreso de las personas se entusiasma y tiene la tendencia a pensar que es lo único que funciona.
La necesidad de seguridad es una de las más básicas, tanto a nivel individual como colectivo. En un mundo hostil, sin certezas, necesitamos construir espacios donde podamos estar seguros, tranquilos, en el que podamos hacer predecible el futuro y así rebajar nuestra ansiedad. Si lo ceñimos al entorno personal, la cuestión es preguntarse sobre el tipo de estrategias que utilizamos para construir nuestra seguridad.
Hay una frase que se oye muchas veces y que produce sensaciones y efectos contradictorios. Es la siguiente: » Puedes conseguir cualquier cosa que te propongas«. En ocasiones, hay comentarios irónicos, como por ejemplo:
Una de las habilidades más importantes es saber gestionar conflictos. Si pensáis en el último mes, ¿sois capaces de encontrar algún momento de conflicto? Es casi seguro que sí. ¿Y en la última semana? Es bastante probable que también. Lo que quiero decir con esto es que el conflicto es algo habitual en nuestras vidas. Sin embargo, es muy extraño que alguien nos haya explicado alguna cosa sobre algo tan habitual y que tanto nos inquieta. El objetivo de este artículo es proporcionar alguna información que os pueda ser útil para aprender a afrontar y a gestionar los conflictos.
Hay muchas ocasiones que reconocemos una emoción o un estado de ánimo que no deseamos y queremos cambiarlo. Es ese tipo de cosas de las que decimos: vale, fácil de decir pero difícil de hacer. ¿ Cómo se hace ? Bien, en este artículo quiero daros alguna herramienta que os puede ser de utilidad.